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viernes, 15 noviembre 2024

¿Ha perdido Rusia el Mar Negro?

Mundo¿Ha perdido Rusia el Mar Negro?

El Mar Negro, una vasta extensión de agua que se encuentra en el corazón de la región euroasiática, ha sido durante mucho tiempo un punto estratégico clave en el ajedrez geopolítico global. En particular, para Rusia, este mar ha sido una preocupación constante y una parte integral de su estrategia de seguridad nacional. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por mantener un control absoluto sobre esta área, la flota rusa del Mar Negro se encuentra en un estado obsoleto y claramente insuficiente para asegurar la dominación rusa en la región.

La Flota del Mar Negro de Rusia, en términos de números y capacidades, ha quedado rezagada en comparación con las flotas de otros países. A medida que el mundo avanza hacia una nueva era de tecnología naval avanzada, la flota rusa en el Mar Negro parece haberse quedado en el pasado. Esta flota está compuesta en su mayoría por embarcaciones obsoletas, la mayoría de las cuales datan de la era soviética. La falta de inversión y modernización en estas naves ha dejado a la flota rusa del Mar Negro en un estado de deterioro constante.

La flota rusa del Mar Negro se enfrenta a numerosos problemas. La mayoría de sus buques son antiguos y están en mal estado de mantenimiento, lo que limita significativamente su capacidad operativa. Además, la falta de fondos y recursos ha impedido la adquisición de nuevos buques de guerra y tecnología naval de vanguardia. Esto significa que Rusia se ve obligada a depender en gran medida de sus activos heredados, que son cada vez menos efectivos en un campo de batalla naval moderno y altamente tecnológico… cuando funcionan.

Para empeorar las cosas para Rusia, la Flota del Mar Negro también se enfrenta a desafíos logísticos y estratégicos. La anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, aunque le proporcionó bases navales clave en la península, también generó tensiones y hostilidades con la comunidad internacional. Esto ha limitado aún más la movilidad de la flota rusa en la región y ha generado un ambiente de inseguridad constante.

Es importante reseñar que desde el inicio el año pasado de la invasión rusa de Ucrania, Turquía se ha acogido al derecho que le dan los tratados internacionales a restringir el paso de buques militares por sus estrechos y como en Estambul domina ambos lados del estrecho de Dardanelos, los buques militares rusos no pueden entrar ni salir del mar negro. Es decir, que tienen los buques que tenían en el momento de iniciarse la invasión y que cada barco que se pierde no se puede reemplazar con otro barco de la flota del Pacífico o de la flota del norte.

A pesar de estos problemas evidentes, Rusia ha continuado utilizando el Mar Negro como un punto estratégico crucial en su política exterior. La región se ha convertido en una zona de conflicto importante, con tensiones crecientes con la OTAN. Esta situación ha llevado a una serie de incidentes y enfrentamientos, lo que demuestra que la importancia del Mar Negro como escenario de conflicto no puede subestimarse.

Sin embargo, es importante destacar que, a pesar de la presión constante de Rusia, Ucrania ha logrado llevar a cabo operaciones notables en la región del Mar Negro, lo que sugiere que la flota rusa obsoleta no es suficiente para garantizar un control total e incluso ya hay quienes plantean que ni siquiera sería capaz de impedir el tráfico de buques civiles en la ruta de exportación del grano de Ucrania hacia el resto del mundo.

Un ejemplo de la capacidad de Ucrania para desafiar a Rusia en el Mar Negro se vio en la operación especial en la ciudad de Eupatoria. Aunque Ucrania no posee una fuerza naval significativa, logró inutilizar el costoso sistema de defensa antiaérea ruso S-400. Este ataque representa una amenaza significativa para la capacidad de Rusia para defender Crimea y su flota en el Mar Negro porque abre la puerta a los ataques ucranianos con misiles de crucero y a la acción de la por ahora escasa aviación ucraniana. Desde el momento en que lleguen los F 16 occidentales, Ucrania podrá intentar ganar el dominio aéreo y controlar así el mar negro.

De hecho hemos sabido que esta semana se ha producido un ataque con misiles de crucero contra la base naval de Sebastopol en la que han sido destruidos un buque de transporte anfibio de la clase Ropucha y un submarino de combate de la clase Kilo (de propulsión diésel). Aunque se podría pensar que la pérdida de dos barcos, o tres si se cuenta al Moskva, no es una pérdida especialmente significativa para una flota naval tan grande como la rusa, hay que tener en cuenta que la Flota del Mar Negro solo tiene los barcos que tenía justo en el momento de la invasión de Ucrania y que además de que la pérdida porcentual ya es de por sí significativa, el hecho de estar perdiendo barcos coloca a la flota rusa a la defensiva. Es posible que en las próximas semanas se traslade el grueso de las fuerzas navales rusas desde el puerto de Sebastopol hasta el puesto puerto de Novorosiisk en las costas rusas y mucho más alejada de la zona de operaciones (por ahora) aunque esto entre en abierta contradicción con el mensaje oficial de que lo que estamos presenciando es solo una operación militar especial que no afecta para nada al territorio ruso, en el que se incluye por supuesto toda la península de Crimea.

Además, Ucrania ha utilizado de manera efectiva drones marítimos y misiles antibuque para llevar a cabo ataques sorpresa en la región. Estos ataques han dañado buques rusos y han debilitado la posición de Rusia en el Mar Negro. La destrucción del crucero misilístico Moskva y otros incidentes demuestran la vulnerabilidad de la flota rusa ante las tácticas modernas utilizadas por Ucrania.

El control del Mar Negro ha sido durante mucho tiempo un objetivo estratégico para Rusia. La anexión de Crimea en 2014 fue en parte un intento de asegurar sus bases navales en la península. Sin embargo, los ataques y la presión constantes de Ucrania han debilitado esta posición rusa. Los puertos y las infraestructuras navales rusas en la región ahora están en constante riesgo debido a la amenaza de drones y misiles ucranianos y aunque ahora se optara por sacar los buques de Sebastopol y llevarlos a las costas rusas eso no garantizaría que estuviese a salvo de los drones y de los misiles de crucero ucranianos.

En última instancia, aunque Rusia puede tener una presencia militar en el Mar Negro, su flota obsoleta y las tácticas innovadoras de Ucrania están socavando su control en la región. La presión constante de Ucrania ha debilitado la posición de Rusia y ha cambiado la dinámica en el Mar Negro. A medida que Ucrania continúa desafiando a Rusia en esta región estratégica, queda claro que la flota rusa del Mar Negro es insuficiente para mantener el control absoluto. La situación en el Mar Negro está lejos de ser resuelta, y la lucha por el control de esta área estratégica está lejos de haber concluido pero las perspectivas para el Kremlin son más vez más complicadas.

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