¡Es alucinante!
Dos chavales roban un coche y se dedican a ir chocando contra otros coches y para rematar la faena atropellan intencionadamente a un ciclista de 64 años que paseaba tranquilamente causándole la muerte. Todo ello, por supuesto, grabado entre risas con el móvil para ser compartido en redes sociales. Se sienten absolutamente impunes porque saben que no les va a pasar nada, que inmediatamente aparecerán voces compasivas desde la izquierda que aseguren que sólo se trata de dos inocentes niños de diecisiete años que no son responsables de sus actos, que son víctimas de la sociedad.
El problema es que seguramente escaparán sin castigo, de hecho el que graba con el móvil, siendo cómplice del asesinato, por ahora ni siquiera ha sido acusado por la policía y se convertirán en adultos con derecho a voto y con cuentas en redes sociales en las que podrán dar su opinión sobre la libertad o la democracia y darnos lecciones y criticar a todos los que pedimos mano dura contra esos delitos, ya se sabe, los fachas de siempre.
Viendo el video una y otra vez, pienso que ese ciclista podría ser yo y pienso en mis hijos y se me revuelve el estómago.
Andreas Probst, de 64 años, fue mortalmente atropellado mientras montaba en bicicleta en el noroeste de Las Vegas, donde se había retirado después de dejar el cargo de jefe de policía de Bell, California, en 2009.
El atropello fatal ocurrió alrededor de las 6 de la mañana, cuando Probst estaba realizando su rutina de ciclismo matutino. Un Hyundai Elantra de 2016 lo impactó por detrás y huyó del lugar a alta velocidad. Probst fue trasladado de urgencia al Centro Médico de la Universidad, donde se confirmó su fallecimiento. El conductor, un adolescente de 17 años cuyo nombre no fue revelado debido a su edad, fue arrestado poco después del accidente y llevado a un centro de detención juvenil.
La hija de Probst, Taylor, recibió una alerta del reloj inteligente de su padre indicando que había tenido una caída en la mañana del 14 de agosto. Junto a su madre, Crystal, se dirigieron al lugar del accidente, que estaba a solo cinco kilómetros de su hogar. A su llegada, se encontraron con escenas desgarradoras: la bicicleta de Probst, su casco y su teléfono estaban esparcidos por el lugar.
Las autoridades anunciaron que los cargos contra el conductor se agravarían para incluir un cargo de asesinato en primer grado, después de que los investigadores descubrieron un video que indicaba que el conductor había atacado intencionadamente a Probst. En el video, se puede ver al conductor preguntando: «¿Listo?» mientras que el pasajero, quien grababa la escena, responde riendo: «Sí, golpea su trasero». Este perturbador video, compartido ampliamente en las redes sociales, ha generado indignación y ha destacado la falta de responsabilidad de algunos individuos en la promoción y celebración de actos violentos.
La noticia ha conmocionado a la opinión pública y plantea serias preguntas sobre la creciente banalización de la violencia en la sociedad actual. Este trágico incidente ha dejado en evidencia la falta de respuestas inmediatas y contundentes ante actos de violencia, y suscita una urgente reflexión sobre cómo poner fin a esta peligrosa tendencia. La falta de cargos contra el pasajero que filmó el accidente fatal y alentó al conductor a cometerlo plantea interrogantes sobre la respuesta de las autoridades ante la complicidad en actos de violencia. La falta de comentarios inmediatos por parte del Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas solo aumenta la sensación de impotencia ante este tipo de incidentes.
En las redes sociales, el video se compartió ampliamente, y figuras públicas como el actor James Woods y el comentarista de Fox News, Greg Gutfeld, expresaron su indignación y preocupación por la creciente banalización de la violencia. Este incidente ha sido comparado con imágenes de ejecuciones públicas, lo que pone de manifiesto el peligro que representa la glorificación de actos violentos.
El 7 de septiembre, vecinos de la ciudad se reunieron en el lugar del accidente fatal para rendir homenaje a Probst con una «Ghost Bike», una bicicleta pintada de blanco de forma permanente para marcar el punto de colisión. Las palabras de Crystal durante el evento conmemorativo resaltan la pérdida devastadora: «Era un hombre increíble, un esposo, un padre, un hermano».
