Está noticia no la vas a leer en los medios de comunicación progres porque defiende a las mujeres y la izquierda está siempre más preocupada por alcanzar el poder y por destruir la riqueza ajena que por cualquiera de los colectivos a los que dice defender. En Irán haría falta mucho feminismo; allí sí que es verdad que las mujeres están marginadas y la ley las coloca en una posición inferior a los hombres pero sobre eso no oirás a los progres decir ni una sola palabra porque cuando no hay beneficio político inmediato, tienen el recurso fácil qué les da su frase favorita: son sus costumbres y hay que respetarlas.
En el mundo musulmán, el hijab y la modestia en la vestimenta son considerados como un mandato religioso en el Corán, el libro sagrado del Islam. Sin embargo, es importante destacar que la interpretación de estas enseñanzas varía ampliamente en diferentes partes del mundo musulmán y entre comunidades musulmanas.
El término «hijab» se utiliza a menudo para referirse a la vestimenta que cubre la cabeza y el cuerpo de las mujeres musulmanas. Sin embargo, la interpretación de qué constituye un hijab adecuado puede variar. Algunas mujeres optan por llevar un simple velo que cubre el cabello, mientras que otras eligen usar prendas más holgadas que cubren todo el cuerpo, excepto la cara y las manos. En contraste, en algunos países, como Arabia Saudita e Irán, las mujeres están obligadas a cubrirse prácticamente por completo, incluyendo el rostro, excepto los ojos.
Irán es un ejemplo emblemático de un país musulmán donde se impone una estricta vestimenta obligatoria a las mujeres. Desde la Revolución Islámica de 1979, el gobierno iraní ha exigido que todas las mujeres musulmanas, independientemente de su nacionalidad, se cubran con un chador o un hijab que cubra todo el cuerpo y el cabello. Además, se prohíbe cualquier maquillaje visible y la ropa ajustada.
Esta imposición ha sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional. Muchas mujeres iraníes han protestado contra estas restricciones y han abogado por la elección personal en la forma de vestir. Han surgido movimientos como el «Movimiento Blanco» y el «Miércoles Blanco», en los que las mujeres iraníes han desafiado públicamente la obligación de llevar el chador y han enfrentado detenciones y represión. Por supuesto todos estos movimientos de liberación de la mujer en los países musulmanes han recibido cero apoyo desde los movimientos feministas españoles, más preocupados por si el Rubi y la Jenny se besan o sí los chavales de la Universidad de Salamanca hacen bromas sobre sus nuevas compañeras.
Para rematar la faena, el Parlamento de Irán ha aprobado este miércoles un proyecto de ley que endurece los castigos contra las mujeres y niñas que violen el estricto código de vestimenta en el país, incluida la obligatoriedad del uso del velo, borrador que llegó a ser tildado de «apartheid de género» por expertos de Naciones Unidas.
El organismo legislativo ha votado a favor de aprobar la propuesta de ley durante un periodo «de prueba» de tres años, por lo que el documento será enviado al Consejo de Guardianes de cara a su ratificación.
El jefe de la Comisión Judicial y Legal del Parlamento iraní, Musa Ghazanfarabadi, ha indicado que el proyecto, llamado ‘Proyecto de Ley para Apoyar a la Familia Promoviendo la Cultura de la Castidad y el Hiyab’, ha sido respaldado «tras numerosas revisiones expertas». «Se ha determinado que el periodo de prueba de aplicación de esta ley sean tres años», ha explicado. Traducido al román paladino eso significa que a las mujeres iraníes les esperan tres años de detenciones arbitrarias y palizas hasta que escarmienten y decidan taparse hasta los ojos.
Expertos de la ONU indicaron a principios de septiembre que «el borrador puede ser descrito como un tipo de apartheid de género, ya que las autoridades parecen estar gobernando a través de una discriminación sistemática con la intención de forzar a las mujeres y niñas a una sumisión total».
Así, subrayaron que «el borrador de ley impone duros castigos a mujeres y niñas por no cumplir (el uso del velo), lo que podría llevar a una aplicación violenta (de la medida)». «El proyecto viola además derechos fundamentales, incluidos los de participación en la vida cultural, la prohibición de la discriminación de género, la libertad de opinión y expresión, el derecho a protesta pacífica, el derecho a acceder a servicios sociales, educativos y sanitarios y la libertad de movimiento», denunciaron.
Los relatores apuntaron además a la aplicación desde principios de julio de un nuevo sistema de castigos en relación con el uso del velo, acompañado del redespliegue de agentes de la ‘Policía de la moral’ tras meses de retirada por las protestas a raíz de la muerte de la joven kurdo-iraní Mahsa Amini en septiembre de 2022 cuando se encontraba bajo custodia tras ser detenida en Teherán por supuestamente llevar mal puesto el ‘hiyab’.
Ya tiene que ser grave y seria la cosa para que la ONU, que siempre suele adoptar la postura más progre posible sobre todos estos temas identitarios, políticos o climáticos, haya tenido que tomar cartas en el asunto.
Irán no es el único país musulmán que impone restricciones en la vestimenta de las mujeres. En Arabia Saudita, las mujeres están obligadas a llevar una abaya negra que cubre todo su cuerpo en público. Aunque en países como Turquía y Túnez, las mujeres tienen más libertad para vestirse como deseen, existen restricciones informales y sociales en torno a la vestimenta. En algunos lugares, las mujeres que no se ajustan a las normas de vestimenta pueden enfrentar estigmatización o incluso violencia.