Cada vez somos más los que tenemos la certeza de que estaríamos mejor en Europa si TikTok, la red social de vídeos china, no pudiese funcionar en los teléfonos europeos. Ya no se trata de dudas más o menos razonables o de un discurso sobre grandes principios o teorías más o menos conspirativas, sino de una afirmación tajante: hay que echar a TikTok de Europa.
Yo he llegado a esta conclusión, después de leer mucho sobre este asunto, en base a dos razones:
- En primer lugar está el asunto de la seguridad. A mí no me cabe ninguna duda de que el gobierno nacionalsocialista chino utiliza los datos que le facilita la aplicación para hacer un espionaje implacable de todos los que considera sus enemigos y para obtener información genérica sobre movimientos de personas, tráfico, edificios públicos y empresas, instalaciones militares, etc. Hay quien dice que no, que TikTok solo es una empresa privada que se preocupa por sus usuarios, pero la realidad es que la legislación china es absolutamente transparente y la Ley de Seguridad Nacional establece para ByteDance, la empresa matriz de TikTok, la obligación de facilitar al gobierno chino todos los datos que requiera.
- En segundo lugar, mi preocupación por la influencia de TikTok en Europa nace del hecho de que su algoritmo, como en todas las empresas del ramo, es absolutamente opaco pero a mí no me cabe ninguna duda de que las recomendaciones de contenido que hace son absolutamente tendenciosas y el contenido prochino sale completamente beneficiado. Si haces una búsqueda sobre Taiwan en la aplicación verás que, al contrario de si lo haces sobre otros temas como moda o música, el algoritmo no te va a ofrecer más contenido sobre Taiwán y su sistema democrático o contenido crítico con la dictadura nacionalsocialista China. Hay que entender que estamos hablando de los chinos, que tienen tradición de pensar a largo plazo y que saben que hacer calar la idea de que la dictadura nacionalsocialista es el sistema bueno y la democracia liberal capitalista es lo malo, lleva un tiempo y requiere empezar por los más jóvenes, los más maleables; ya están en ello. Les llevará su tiempo pero ya están trabajando sobre nuestra juventud.
Ahora mismo entre los reguladores europeos existen ciertas dudas sobre si habría que actuar radicalmente contra la empresa china porque, sobre todo los más izquierdistas, alegan que el nivel de espionaje de TikTok es el mismo al que estamos sometidos por las aplicaciones de Estados Unidos. El hecho de que todos los teléfonos móviles lleven un sistema operativo de una compañía americana no hace más que recordarnos que todos nuestros datos viajan, nos guste o no, a Estados Unidos para ser analizados por empresas americanas que unas veces tendrán carácter comercial y otras veces trabajarán para las agencias de seguridad del gobierno estadounidense.
Por lo pronto en la Comisión Europea ya se ha prohibido el uso de TikTok en los teléfonos oficiales de los funcionarios europeos y desde entonces Noruega y el Reino Unido también lo han prohibido. Seguramente poco a poco más países se irán sumando a esta tendencia.
Lo que no hay que perder de vista es que TikTok no es sólo una inocente aplicación de vídeo. Cuando se instala una aplicación de este tipo y se le conceden todos los permisos que exige para funcionar, le estamos entregando nuestros datos de navegación, nuestra localización, nuestros contactos y todo lo que podríamos llamar el sueño de un espía. Con esa información cualquier agencia de espionaje puede trazar un perfil de cualquier persona y si a alguien se le ocurre plantarle cara a la dictadura nacionalsocialista china, ya sabe que cuando vengan a por él sabrán más de lo que le gustaría si tuvo instalado TikTok en su teléfono.
No es cosa de broma.
Ya estamos tardando.
No puede ser que el Gobierno chino le ponga un montón de requisitos a la empresa occidentales para entrar en China y que los estemos dejando entrar aquí como Pedro por su casa.
O les paramos los pies o nos comen.
Ya es hora de irles pidiendo reciprocidad y si no la dan, arancel que te crió.