Aquí al final de este artículo te he puesto un vídeo que circula por las redes sociales en las que se ve como Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, elabora una teoría muy particular sobre el carácter antiimperialista de Jesucristo y sobre su nacionalidad Palestina. Sobre esto tengo que comentar un par de cosas.
La primera es que todo lo que dice, desde el punto de vista histórico es un absoluto disparate. En el tiempo en el que vivió Jesucristo toda aquella región formaba parte de Palestina, que era una provincia del Imperio Romano, que la había conquistado a los seléucidas y a los asmoneos en el siglo segundo antes de Cristo, más o menos lo mismo que estaban haciendo en ese momento en la otra punta del Mediterráneo, en la Península Ibérica.
También sabemos que, en realidad, los romanos ejecutan a Jesucristo a instancias de la jerarquía eclesiástica judía, que no podía aceptar que un judío dijese que era hijo de Dios y el último de los profetas porque eso pondría su negocio en riesgo. Los romanos aceptaron esa sentencia de muerte y la hicieron cumplir porque dentro de su política con los territorios del Imperio, estaba la norma de aceptar las religiones locales y no perder el tiempo con pamplinas teológicas; bastante tenían ya con hacer que la alcantarillado o las calzadas estuvieran en buenas condiciones.
Jesucristo, por supuesto jamás pudo ser palestino, en el sentido en el que hoy entendemos como palestino musulmán, porque Mahoma el fundador de la religión musulmana nace en el siglo VII después de Cristo y este no pudo inspirarse lógicamente en el profeta del Corán porque nació seis siglos antes.
Lo de que el Imperio Español mata a Jesucristo simplemente hay que atribuirlo a un lapsus lingue porque seguramente Maduro quería decir que fue el Imperio Romano pero, como su discurso es siempre radicalmente antiespañol, le traicionó el subconsciente y acusó de su muerte al mismísimo Felipe II, el rey más cristiano de todos los tiempos.
Produce vergüenza ajena como Nicolás Maduro intenta apropiarse de la religión católica para defender su dictadura, que podría ser perfectamente contra quien se rebelase una figura histórica como Jesucristo si hubiese nacido en Caracas en el siglo XXI.
En segundo lugar, hay que señalar que Nicolás Maduro se está dirigiendo a sus votantes y seguidores. Es comprensible que el típico seguidor de Maduro que le aplaude diga lo que diga, sea una persona de poco nivel cultural y acepte a pies juntillas lo que su líder le cuenta. Yo donde veo el problema es que en España tenemos, en general, un nivel cultural bastante más alto entre la población pero también tenemos a un grupo de líderes políticos que sueltan tonterías de este calibre y su masa de seguidores las aplaude sin un mínimo sentido crítico.
Cada vez que sale en televisión María Jesús Montero, la ministra de Hacienda, para explicar las medidas fiscales que va tomando, yo solo veo aún una persona inculta en un cargo de mucha responsabilidad tomando medidas ridículas en base a razonamientos que no resisten un mínimo análisis técnico. Sin embargo en los medios de comunicación y en las redes sociales sus patochadas, tan absurdas como todo esto que puedes ver que suelta Nicolás Maduro en el vídeo que hay al final de este artículo, son aplaudidas y jaleadas por una legión de seguidores igualmente incultos pero cuyos votos también cuentan y van a ser siempre para el PSOE, porque es el único partido que a cambio de esas palmas y esos votos, les garantiza una paga de por vida sin tener que trabajar.
Cuando Irene montero suelta sus sandeces sobre el heteropatriarcado y como el cambio climático es culpa del machismo, tiene a una masa de palmeros enorme que le ríe la gracia y adopta esas ideas descabelladas como el nuevo mantra que ilumina su pensamiento. La ministra de igualdad puede soltar tranquilamente una tontería tras otra, que los medios de comunicación afines al gobierno van a reproducirla, a justificarla y a difundirla como si hubiese dicho una palabra sensata.
Todo esto, lo mismo da lo de Maduro que los de nuestras ministras, se explica en base al bajo nivel cultural de los receptores del mensaje. Solo así se explica el interés que tiene el PSOE y la extrema izquierda en arrasar el sistema educativo para tener ciudadanos manipulables. Desafortunadamente hemos llegado a un punto en el que son más los ciudadanos que viven de una paga del estado que los que se ganan el pan con el sudor de su frente y, lo que es peor, la brecha seguirá aumentando con sus correspondientes votos porque cada vez son menos quienes quieren ser autónomos o trabajar en la empresa privada y cada vez son más los que quieren ser funcionarios o cobrar una paga por rascarse sus partes.
Las patochadas de maduro sobre Cristo y Palestina son sólo un síntoma de cómo el hundimiento del nivel educativo de las sociedades nos acaba llevando a la miseria. Eso eligieron en Venezuela y es lo que hemos elegido en España.
En algunos sitios de España, «maúro» significa estar atontao, como una fruta que simplemente ya está madura y está esperando a caer al suelo y reventar.
Nicolás Maduro está maúro.
Aquí en Granada se dice así; de hecho lo tengo recogido en mi Diccionario Granaíno: https://www.mauricioluque.com/diccionario-granaino/diccionario-granaino-m/
No te tenías que haber limitado a las patochadas sobre Cristo y Palestina, basta escuchar cualquier programa de esos que tiene Maduro en la televisión venezolana para escuchar una sarta de tonterías que hacen sonrojar a cualquiera con dos dedos de frente.
De hecho esos programas apenas tienen audiencia y sólo los siguen los crédulos y los fieles del sistema que dependen de que Nicolás Maduro les diga que sí o que no para tener el siguiente negociete o adjudicar los siguientes puestecillos más o menos bien pagados en el gobierno venezolano.
Lo que diga a Maduro a la gente en realidad les trae al pairo porque ya viven en la más absoluta de las miserias y los discursos oficiales no ofrecen ninguna alternativa ni les explica como les va a sacar de la pobreza.
Es un populista y un demagogo pero es lo que los venezolanos han elegido. Que nadie se piense que Venezuela tiene un mal gobernante pero que se merecería estar regido por personas con un mínimo de cultura. Los gobernantes son el vivo reflejo de la nación que les elige.
Cuando la gente se queja de que en España manda Pedro Sánchez, no hay que olvidarse que aquí todo el mundo intenta pagar las facturas sin IVA, trabajar cobrando el paro y presumimos de cualquier chorizadilla de las muchas que vamos haciendo todos los días. Que luego no nos extrañe tener un sinvergüenza en la Moncloa.
Yo creo que no hay que darle más importancia a estas declaraciones.
Sólo son para consumo interno y las hace en un programa de televisión que solo siguen sus fieles creyentes en Venezuela. Darle voz en el resto del mundo a las cuatro tonterías que les dice a los militante de la Revolución Bolivariana, es pensar que Nicolás Maduro pudiese detener un discurso mínimamente razonable, cosa que no ocurre como estamos viendo en estos días.
No hace falta darle tantas vueltas: Nicolás Maduro es más tonto que Espinete, que siempre va desnudo y se pone el pijama para dormir.