A mí me interesan mucho las elecciones argentinas y la política argentina en general porque son un anticipo de por dónde van a ir los tiros en España. Aunque aquí tendemos a pensar con cierto desdén que los argentinos son un país echado a perder por el peronismo y que no son más que un montón de psicólogos y gente que habla mucho, en realidad los movimientos y sociales y políticos que ocurren allí acaban ocurriendo aquí; nos parecemos mucho más de lo que la mayoría de la gente piensa.
Para hacerse una idea de lo rocambolesca que es la política argentina, basta saber que la última ocurrencia del gobierno de Alberto Fernández ha sido denunciar al candidato Javier Milei por unas declaraciones en las que consideraba que la moneda argentina, el peso, era un excremento, por lo cual un fiscal nombrado directamente por el presidente le acusa de ser el responsable del hundimiento de la moneda argentina. Esto que parece propio de repúblicas bananeras, en realidad tampoco está tan lejos de lo que ocurre en España con la Fiscalía General del Estado, que organiza cacerías penales según las necesidades del gobierno de Pedro Sánchez. Ya decía yo que lo de la política argentina es siempre un anticipo de lo que acaba pasando aquí.
También habrá quien diga que el peronismo es un fenómeno exclusivamente argentino que no se explica sin una figura como Perón pero una vez se entiende que el peronismo no es más que el populismo que practican los partidos de izquierda española, a base de regalar dinero público a los votantes para garantizarse la victoria en las próximas elecciones, ya vemos que hay más paralelismos de los que parece a primera vista.
Lo que hace el peronismo es conceder derechos, vacacines y aumentos de sueldo a los funcionarios y crear nuevas pagas para todo tipo de colectivos que inevitablemente acaban votando al partido peronista de turno porque les garantiza nuevas pagas y nuevos aumentos de sueldo. Es exactamente lo mismo que hacen aquí PSOE y el partido que suele haber a su izquierda que antes era el Partido Comunista de España, después Izquierda Unida, después Podemos y ahora Sumar.
Frente a ese populismo de izquierdas, en Argentina ha aparecido la voz de Javier Milei, que se declara a sí mismo libertario y que propone hacer una limpieza en la administración argentina y reducir las trabas burocráticas y fiscales a la creación de riqueza, empezando por una reducción de los impuestos y por la dolarización de la economía argentina para evitar que los gobiernos central y de las provincias (una especie de autonomías en Argentina) emitan deuda pública sin respaldo, lo que tiene sumido al país en una espiral inflacionaria que ya ha llevado al cuarenta por ciento de la población a la pobreza.
El discurso de Milei se dirige contra la casta política que ha empobrecido brutalmente a Argentina y que sigue enrocada en un discurso lleno de palabras bonitas que siempre asegura buscar el bienestar del pueblo pero que, a la hora de la verdad, sólo crea una casta de parásitos que vive de los salarios públicos y de todo tipo de subsidios y pagas, empezanto por los gobernantes y terminando por los sindicalistas, piqueteros, ñoquis, planeros, punteros y demás fauna peronista.
Lo de agarrar la pala se refiere a una expresión que lanzó el diputado Alfredo Olmedo en el año 2018 al presentarse en el Congreso argentino con una pala para decirle a los sindicalistas que se dedicaran a trabajar en vez de seguir viviendo de la subvenciones y de las pagas. Ahora Javier Milei trae el mismo mensaje y le dice a todos los argentinos que van a tener que agarrar la pala o, dicho con acento argentino, «Agarrá la pala».
Para las elecciones ahora mismo el candidato mejor situado es Javier Milei porque cuenta con un 34 o 36% de los votos según varios sondeos publicados últimamente en Argentina. Detrás de él, con menos de un 30% de los votos están el kirchnerista Sergio Massa y la socioaldemócrata Patricia Bullrich, de los partidos Unión por la Patria y Juntos por el Cambio respectivamente. Javier Milei sería presidente directamente si obtuviera más del 45% de los votos o más del 40% con una diferencia de diez puntos sobre el segundo pero está por ver si el cambio electoral en Argentina es realmente tan profundo.
Si Javier Milei llegase a ganar las elecciones argentinas se va a encontrar una situación económica desastrosa, con una inflación interanual del 125%. Y al 40% de la población por debajo del umbral de pobreza. Esta semana el dólar ya está por encima de los mil pesos y Argentina se dirige hacia otro más de sus episodios de hiperinflación. Hará falta mucho trabajo para revertir ese desastre económico y todavía más teniendo en cuenta que el sistema de gobierno argentino reparte el poder entre el presidente el Congreso y las provincias, una especie de comunidades autónomas que tienen sus propias elecciones, y en las que el partido de Javier Milei todavía no tiene ningún peso.
Por cierto, no veo a Milei en sus mítines con chaleco antibalas y yo creo que haría bien en llevarlo. Ahí lo dejo.
Aunque ya dices algo en el artículo, quería reincidir en que aunque Milei gane estas elecciones presidenciales, tiene muy difícil cambiar toda la inercia de país que tiene Argentina porque el poder está muy descentralizado y las provincias tienen mucho peso político.
Lo mismo que las comunidades autónomas españolas, las provincias argentinas tiene su propio Parlamento y sus presidentes y contra eso Milei no tiene nada porque acaba de fundar su partido y todavía no tiene estructura para llegar a ocupar todos esos cargos.
Esperemos que con todas las medidas que intenta aplicar a mi ley no lo tumben y le dé tiempo a crear un partido que vaya ganando todas esas elecciones locales y provinciales y pueda sacar a Argentina de la miseria económica y moral en la que la han hundido los peronistas.
Y que no se me olvide decir que el peronismo de Argentina es lo mismo que tenemos aquí gobernando en España.
¿Lo de «lo tumben» lo dices por lo que comento del chaleco antibalas?
A mí te da también me da miedo ver como España se está convirtiendo en la Argentina de europa.
El problema es que aquí no vamos a tener un Milei que nos saque del atolladero porque la gente está demasiado acomodada cobrando sus paguitas y los funcionarios tocándose las pelotas y son una masa de votantes demasiado grande como para cambiar esa inercia.
Es desolador pero es que yo, sinceramente, es lo que veo venir. Me apena y me deprime porque yo amo a España pero veo el futuro muy negro.
No nos podemos dejar vencer por el pesimismo.
Los Tercios no hubiesen ganado muchas batallas aunque el enemigo les multiplicaba por tres o por cuatro si hubiesen pensado así.
¡Somos españoles y vamos a luchar hasta el último aliento!
Como me gustaría que apareciera una figura como Milei en España y que pusiera bien a las claras el despilfarro que supone el sistema político que tenemos y como el estado del bienestar que han montado los partidos de izquierda para asegurarse una masa electoral pobre pero agradecida, nos lleva a la ruina.
A ver si aparece un partido lleno de Bukeles y Mileis y pone orden en España.
¡A ver si es verdad!
Ya tenemos en El Salvador a Bukele cambiando el país de arriba a abajo con políticas radicalmente distintas a las que propugnan los partidos tradicionales.
Es hora de que Milei dé un vuelco a la economía argentina y demuestre que el modelo socialdemócrata llevado a su extremo que es el peronismo, aboca a las naciones a la pobreza y que las políticas sencillas y encaminadas a ayudar a los empresarios a crear riqueza, acaban sacando a los países de la miseria y poniendo a todo el mundo a trabajar, que es de lo que se trata.