A mí no me han sorprendido en absoluto los resultados de las elecciones en Argentina que, por poco que nos guste a los españoles, es una sociedad mucho más parecida a la nuestra de lo que a la mayoría de nosotros (por pura soberbia) nos gusta reconocer.
El resultado electoral refleja una victoria del candidato de izquierdas Sergio Massa, del partido peronista mientras que Javier Milei, candidato liberal queda en segunda plaza pese a que las encuestas le daban como ganador hasta hace unos días. Massa, candidato de Unión por la Patria, ha obtenido el 36,4% de los votos mientras que Milei, candidato de La Libertad Avanza, se ha quedado en el 31% de los sufragios. El tercer lugar ha sido para Patricia Bullrich, que fue ministra de seguridad (equivalente al ministerio del interior español) durante la presidencia de Mauricio Macri, del partido Juntos por el Cambio, de centro derecha.
El voto es obligatorio para los argentinos pero aún así, sólo han acudido a las urnas el 77,67% de los electores para elegir a presidente y vicepresidente y además renovar 130 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y un tercio de los 72 escaños del Senado. Junto a estas elecciones también se elegía a los cuarenta y tres representantes argentinos en el Parlamento de Mercosur y se celebraban las elecciones de la provincia de Buenos Aires, que reúne al 38% de la población argentina.
¿A qué me refiero cuando digo que no me han sorprendido los resultados electorales en Argentina pese a que los sondeos indicaba una victoria aplastante de Javier Milei? El caso argentino es muy parecido al español: el gobierno está en manos del partido peronista, que es primo hermano del PSOE y que aunque no lo lleva en su programa, tiene como una de sus políticas centrales subir los sueldos a los empleados públicos y bajarles las exigencias en su rendimiento, dar pagas para todo tipo de colectivos improductivos y repartir generosas subvenciones y subsidios a todo tipo de estructuras afines, con lo cual consigue una clientela electoral considerable. Es exactamente lo mismo que hace el PSOE y por eso puede hacer las barbaridades que hace, hablando mal y pronto, mearse en la cara de su votantes, porque sabe que todos los que cobran una paga por rascarse la panza y los funcionarios (que no es que ya no trabajen sino es que ni siquiera tienen que aparecer por el puesto de trabajo, lo llaman teletrabajo) están contentísimos con los sucesivos gobiernos socialistas aunque no estén de acuerdo con otras de sus políticas.
Yo personalmente no tengo mucha esperanza en que los argentinos rectifiquen este voto en la segunda vuelta. La teoría electoral más sencilla dice que si Milei ha sacado el 30% de los votos y Patricia Bullrich ha sacado el 25%, la suma de los dos debería dar al candidato de La Libertad Avanza el 55% de los votos y hacerle presidente para poner en práctica la agenda liberal y reformista que anuncia en sus discursos. Lo que yo me temo es que la mayoría social argentina que vive del estado se movilice en masa ante el riesgo real de perder sus pagas y ayudas o sus puestos en la administración pública y en entidades subvencionadas; esos son muchos millones de votos y es algo contra lo que es muy difícil luchar.
Sería fascinante que ganase el candidato peronista y que Argentina entrase en su inevitable bancarrota para escuchar la justificación de la debacle económica por parte de Sergio Massa, Axel Kicillof (el responsable del fiasco de Repsol) y toda la cúpula peronista acusando al fondo monetario Internacional, a Estados Unidos y seguramente también a España por no se sabe qué, porque de todos es sabido que los argentinos se consideran mejores, más inteligentes, más cultos y más trabajadores que nadie pero inexplicablemente todo el mundo actúa bajo un malvado plan de las élites capitalistas para no dejarles ser los líderes mundiales que los peronistas les prometieron ser.
Hace ya un par de meses publiqué aquí un artículo sobre cómo el gobierno periodista peronista acababa de aprobar una paga extraordinaria para garantizarse la fidelidad de sus votantes justo antes de las elecciones; corrupción política a la vista de todos. Esta desfachatez es la misma que se ve en las pagas de las que habla constantemente la Yoli en España y que tanto le celebran sus seguidores a partir de las doce del mediodía que su hora oficial para levantarse.
Una vez más, vuelvo a recordar que Argentina nos muestra el camino al que nos dirigimos mientras sigamos en manos socialistas y que todas las medidas populistas que adopta el PSOE y sus socios comunistas no son nada nuevo sino que ya han sido inventadas por los políticos argentinos, unos verdaderos maestros en comprar votos con el dinero de los ciudadanos.
La verdad es que si ganase el peronismo, iba a hacer el papelón de su vida porque la economía argentina va como el Titanic y el hundimiento va a ser rápido y doloroso.
Sería curioso escuchar como desde el peronismo se acusa a la élite financiera mundial, el imperialismo estadounidense, al Imperio Español y seguramente también a los reptilianos por trazar un plan maléfico para hundir a esa superpotencia en ciernes que es Argentina, que según ellos (aconsejados por su legión de psicólogos) dominaría el mundo si no fuera porque existe una conspiración para que su inmenso talento, su brillantísima cultura y su capacidad innata para el negocio dominase la faz de la tierra.
Bueno… si gana Milei también lo va a tener difícil para evitar la bancarrota.
Ya veremos cómo la esquiva si vence en la segunda vuelta.
La lógica dice que el 55% de los votantes optaron por una opción no peronista y lo más probable sería que saliese Milei.
Lo otro sería asumir que los votantes de izquierda moderada pensaran que estaban hartos de peronistas (o vieran claro la ruina que se les viene encima) pero que Cristina Bullrich también iba a mantener todo el sistema de subsidios y pagas montado por los peronistas. Pero para eso podían votarle directamente a Sergio Massa ¿no?.
Así que yo supongo que va a ganar Milei: ahí dejo mi apuesta.
Yo no lo tengo tan claro.
Mira lo que pasó en España cuando todo el mundo daba por muerto a Pedro Sánchez.
¿De dónde te crees que salieron esos millones de votos? ¿De gente que apoya sus pactos con Bildu?
La verdad es que los peronistas son unos maestros en el arte de comprar votos. La desgracia para los argentinos es que cuando llegan al poder compran los votos con el dinero de los propios argentinos.
Es irónico ver como la sociedad argentina se desangra porque toman el dinero de los que trabajan y se lo reparten a quienes no trabajan, eso que se llama justicia social y que lleva a los países a la bancarrota sí o sí.
En nombre de la «justicia social» se puede hacer cualquier cosa.
Los de izquierdas son unos verdaderos maestros en el uso retorcido del lenguaje. Neolenguaje se llamaba en 1984.