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lunes, 23 diciembre 2024

La economía de Bukele

MundoLa economía de Bukele

Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, se ha convertido en una estrella de la política internacional porque ha abordado una transformación radical del país y los resultados le acompañan.

Bukele es conocido en todo el mundo por haber declarado una guerra sin cuartel contra las maras salvadoreñas que tenían sometido completamente al país con una brutalidad descontrolada. En 2015 la tasa de homicidios llegó a ser de 106 por cada 100.000 personas pero en lo que va de 2023 la tasa ha caído hasta los 2,4 asesinatos por cada 100.000 habitantes, una tasa equivalente a la de España. Por cierto, la tasa oficial que nos venden los políticos españoles de 0,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes se corresponde con la cifra de homicidios consumados, que no incluye todos los asesinatos en los que la actuación de los fantásticos servicios de emergencias españoles evitó la muerte de la víctima; si se contabiliza simplemente la mitad de esos homicidios no consumados, en realidad la tasa española es igual que la salvadoreña.

Para conseguir esta formidable reducción de la criminalidad, Bukele promovió un estado de excepción que ha llevado a la cárcel a 74.000 mareros hasta ahora y prácticamente ha acabado con la delincuencia organizada en el país.

A estas alturas ya todos sabemos que las organizaciones de defensa de los criminales y todo tipo de ONGs y demás organizaciones mafiosas, han utilizado todos los recursos disponibles, incluyendo a la prensa y al resto de medios de comunicación, para hacer una campaña contra Bukele, ya que está demostrando que, si se quiere acabar con la delincuencia a base  de mano dura, se puede hacer y eso sienta un peligroso precedente para la delincuencia internacional.

El Salvador es hoy día un país totalmente distinto al de hace ocho años: el comercio vuelve a florecer y los turistas están empezando a llegar animados por la tranquilidad con la que se pueden recorrer sus calles, que es algo inusitado en un país hispanoamericano. El estado de ánimo de la población también ha cambiado y ahora se mira al futuro con optimismo. Digan lo que digan las ONGs de defensa de los criminales, el 90% de los salvadoreños apoya la gestión de Bukele.

Sin embargo, este éxito en la lucha contra la delincuencia no se había traducido hasta ahora en una mejora económica notable y eso parecía contradecir el relato de Nayib Bukele. Es verdad que su mandato ha estado sometido a la pandemia y que buena parte del gasto público durante los años 2020 y 2021 se tuvo que dedicar al apartado social para contener los devastadores efectos económicos del coronavirus, pero todo esto está empezando a cambiar.

Uno de los sectores que está viendo los primeros brotes verdes es el turismo. Los sorprendentes niveles de seguridad de El Salvador frente a sus países vecinos hacen que los turistas norteamericanos hayan empezado a verlo como un destino seguro por comparación con México o cualquier otro de los países centroamericanos. Detrás de los primeros turistas están llegando las primeras inversiones extranjeras y alrededor de ese turismo se está gestando toda una economía de servicios que hasta ahora no podía prosperar porque era inmediatamente asfixiada por las maras. De hecho según un informe del Banco Santander los ingresos por turismo se han duplicado respecto a 2019 y ya son más del 10% del PIB.

El desempleo está cayendo a tasas históricas y está ahora mismo alrededor del cinco por ciento, una tasa propia de países desarrollados. Además del turismo, crece en todos los sectores, incluyendo la industria manufacturera y el resto de los servicios. Parece como si ahora con el nuevo ambiente económico todo empezara a funcionar en una especie de círculo virtuoso.

Todo este movimiento económico empieza a reflejarse en las cifras macroeconómicas. La previsión de crecimiento del PIB para el año 2023 es del 3,9% y ese movimiento económico se traduce en que el déficit público que provocó la pandemia se ha convertido en un superávit del 2% para este año 2023 y 2024 tiene pinta de seguir por igual camino.

Ahora mismo Nayib Bukele ha dimitido como presidente para poder presentarse a la campaña electoral en la que quiere repetir en el cargo y dada su abrumadora popularidad obtendrá una victoria aplastante sin ninguna duda, lo que le va a permitir llevar a cabo su programa económico y seguramente en los próximos años veremos como El Salvador escala puestos en los rankings y sienta un precedente que otros países podrán empezar a analizar.

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