La carrera presidencial en Estados Unidos se ha convertido en un campo de batalla feroz no solo entre demócratas y republicanos, sino también dentro del propio Partido Demócrata. El presidente Joe Biden, que cumplirá 82 años en noviembre, afronta una creciente presión desde diferentes frentes para que retire su candidatura a la reelección en 2024.
Curiosamente, ninguno de los potenciales candidatos ha salido a pedir a Biden que se eche a un lado para no parecer una mala persona interesada… pero todos ellos están esperando para saltarle al cuello.
El principal punto de discusión es el estado de salud de Biden. Tras el debate del 27 de junio con Donald Trump, las dudas sobre su capacidad para continuar en el cargo se multiplicaron. El presidente mostró signos de fatiga y confusión, lo que avivó las preocupaciones sobre su aptitud mental y física para enfrentarse a otro mandato de cuatro años. Este debate se ha convertido en una piedra angular de los argumentos de aquellos que piden su retirada, señalando que una mala actuación podría significar una derrota devastadora frente a Trump, quien ya ha mostrado su capacidad para captar la atención y el voto de una parte significativa del electorado estadounidense; no es que desate pasiones, pero cualquier candidato es mejor que el anciano balbuceante que vimos en el primer debate presidencial.
Algunas voces influyentes sí piden abiertamente un cambio
Varias figuras prominentes del Partido Demócrata han alzado la voz públicamente pidiendo a Biden que considere retirarse. La expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha sido clara al indicar que Biden debe decidir pronto sobre su candidatura debido al apremio del tiempo. Aunque Pelosi ha mantenido su apoyo a Biden de cara a la galería, su insistencia en la necesidad de una decisión refleja la creciente impaciencia dentro del partido y el miedo a perder por goleada las próximas presidenciales.
Por otro lado, el senador demócrata Peter Welch se ha convertido en el primer senador en pedir abiertamente a Biden que se retire. En un artículo de opinión publicado en el ‘Washington Post’, Welch destacó la necesidad de evaluar si Biden es realmente el mejor candidato para enfrentar a Trump. Su llamamiento no es aislado, ya que otros senadores como Michael Bennet y Tim Kaine también han expresado sus reservas sobre la capacidad de Biden para ganar en noviembre.
En un mundo de redes sociales ¿cuál es la postura de celebridades y donantes?
El descontento no se limita solo a los políticos. Varios donantes y celebridades también han manifestado su preocupación. George Clooney, un conocido donante demócrata, ha sugerido que Biden debería retirarse. Además, figuras del mundo del entretenimiento como Stephen King y Stephen Colbert han expresado públicamente su deseo de que Biden ceda el paso a una nueva generación de líderes demócratas. Estos llamamientos desde Hollywood reflejan una pérdida bastante seria de confianza que se va a traducir necesariamente en una disminución del apoyo financiero y mediático, crucial para cualquier campaña presidencial en Estados Unidos.
El costo de una campaña presidencial en Estados Unidos es increíblemente alto para los parámetros europeos, alcanzando miles de millones de dólares; como suena. Los principales gastos incluyen publicidad en televisión y redes sociales, personal de campaña, eventos y viajes por todo el país y encuestas para entender a los votantes. Esta inversión masiva refleja la necesidad de llegar a un electorado enorme y diverso y demuestra cómo el dinero influye en la política estadounidense, desde captar la atención de los votantes hasta movilizar y organizar el apoyo necesario para ganar la presidencia. Por eso es tan importante la opinión de los donantes.
Biden copia a Sánchez e insiste en seguir adelante
A pesar de la creciente presión, Biden ha dejado claro que no tiene intención de abandonar su candidatura. En una carta dirigida a los demócratas, el presidente afirmó que no se retirará porque cree firmemente que es el mejor candidato para derrotar a Trump. Biden argumenta que su nominación fue el resultado de un proceso democrático en el que obtuvo un respaldo abrumador en las primarias, y renunciar ahora sería ignorar la voz de los votantes demócratas.
Biden ha utilizado tanto la cumbre de la OTAN como actos de campaña en estados clave para demostrar su energía y compromiso. Sin embargo, sus esfuerzos por cambiar la percepción pública sobre su salud y capacidad de liderazgo aún se perciben con un escepticismo considerable excepto en su círculo de afines y los fieles del partido que hoy defienden a Biden y mañana defienden al que le sustituya.
Yo creo que no acaba julio como candidato ¿y tú?