¿Qué va a hacer Ucrania en Kursk?

La invasión de la provincia de Kursk por parte de tropas ucranianas en este mes de agosto ha supuesto un cambio total en el escenario bélico en el que se venía desenvolviendo la invasión rusa de Ucrania desde febrero de 2022. Desde hace ya más de dos años y medio, una vez fracasó la invasión de tres días planeada por Putin,  lo que habíamos visto era principalmente un ejército ruso que utilizaba grandes cantidades unidades de infantería y artillería para intentar conquistar terreno ucraniano por aplastamiento del enemigo, con resultados escasos pero constantes a costa de unas pérdidas que ningún país occidental podría asumir.

Desde hace diez días, en cambio, estamos viendo como unidades ucranianas mecanizadas equipadas con material occidental se han adentrado en territorio ruso y se mueven a sus anchas mientras se rinden las unidades rusas compuestas por soldados con escaso entrenamiento y pobremente equipadas. Nadie sabe cuáles han sido los motivos por los que Zelenski ha autorizado esta operación, tal vez fuese para crear un una zona colchón que evitase el bombardeo artillero de las ciudades ucranianas desde el territorio ruso, o tal vez para atacar los nudos ferroviarios que permiten el abastecimiento de las tropas invasoras en el Donbass; incluso es posible que sea un movimiento para desatascar la guerra, cambiando el terreno de juego, pero lo más probable es que haya sido una combinación de varios de ellos, mezclados con un «vamos a hacerlo a ver qué pasa y luego si eso, ya vemos lo que hacemos».

Sin embargo. lo que sí parece claro es que esta invasión ha terminado con algunas ideas preconcebidas que permitían a lo rusos seguir pensando que podían obtener la victoria en esta guerra:

• Rusia no dispone de cantidades ilimitadas de material militar ni de unidades de infantería en la reserva. Todo lo que decía la propaganda rusa acerca de el inmenso número de divisiones mecanizadas que se estaban preparando al otro lado de la frontera ha resultado ser falso y las tropas ucranianas sólo se han enfrentado a pequeñas unidades de guardia de fronteras y cobardes chechenos. Las pocas unidades de infantería transportadas en camiones que se han intentado acercar para oponerse al invasor ucraniano han sido aniquiladas cuando todavía eran un convoy en movimiento, antes siquiera de desplegarse para el combate.
• Las tropas rusas que están combatiendo en el Donbass han sido reducidas a unidades de infantería de trincheras apoyada por algunos blindados de la era soviética y ya no queda absolutamente nada del altamente mecanizado Ejército ruso. Los generales rusos son incapaces de mover una unidad de tamaño superior al batallón porque ni existen las unidades mecanizadas de tamaño brigada o división ni disponen de la logística necesaria para desplazarlas. El ejército ruso ya ha sido destruido en Ucrania y toda la narrativa de que la guerra sólo podía acabar con la victoria de Rusia ha saltado por los aires.
• Ucrania no está a punto de colapsar militarmente. El hecho de que sea incapaz de lanzar una ofensiva estándar contra las tropas rusas atrincheradas en el Donbass no significa que el Ejército ucraniano no tenga unidades mecanizadas suficientes para participar en una guerra de maniobra. Todo lo que se había dicho sobre el agotamiento ucraniano estaba reducido a un contexto de guerra desgaste en frentes estables saturados con artillería y drones. Las amplias e indefensas estepas rusas permiten que las unidades mecanizadas ucranianas se muevan a sus anchas y conquisten ciudad tras ciudad.
• Los ucranianos han pillado por sorpresa a todo el mundo, no solo a los rusos, lo que viene a demostrar que actúan con cierto nivel de independencia estratégica y no son el peón de la OTAN que describe la propaganda rusa. El propio Joe Biden ha reconocido que ellos no sabían que se iba a producir la invasión, pero además esa autonomía no impide que se les vaya a seguir abasteciendo con todo el material que sea posible hasta que consigan vencer al enemigo ruso. Esta sorpresa, además, echa por tierra la mítica capacidad de Vladimir Putin para predecir escenarios; ahora ya no puede decir que todo se desarrolla conforme al plan previsto porque esto ha ido mucho más allá de lo que el FSB, la antigua KGB, podía imaginar.

Lo verdaderamente interesante viene ahora. A Ucrania se le abren dos posibilidades:

• De un lado puede seguir expandiendo sus conquistas y utilizar esos territorios como moneda de cambio en una futura negociación que ponga fin a la guerra con Rusia bien intercambiándolos con los rusos o bien incorporándolos a Ucrania porque no hay que olvidar que Kursk perteneció hasta el siglo 18 al reino de Ucrania y el 90% de la población habla lo que los moscovitas llaman un ruso muy raro que en realidad es ucraniano.
• La otra opción con la que se encuentran los ucranianos es que, teniendo en cuenta que los rusos son absolutamente incapaces de movilizar ninguna unidad para defender su propio territorio, podría girar hacia el sur e iniciar una conquista sistemática que les llevase hasta el Mar Negro para ocupar Rostov del Don y cerrar así el camino a los suministros bélicos de las tropas que ocupan el sureste De Ucrania. Puede parecer un escenario absurdo pero viendo las escasísimas unidades que puede movilizar el Ejército ruso para defender su territorio empieza a no sonar tan descabellado.

Al final será la dirección política, Zelenski y su gobierno, los que tomen la decisión sobre los siguientes pasos a seguir en la invasión ucraniana de Rusia pero lo que sí se puede asegurar es que en las próximas semanas la guerra de Ucrania va a volver a las portadas de los medios de comunicación (algo ya los ucranianos les viene de maravilla) porque van a pasar cosas interesantes.