Ya hace tres días desde que hice mi primer concierto en Facebook y ahora, con un mínimo de perspectiva, tengo estas sensaciones:
- está bien hacer muchos proyectos y grandes planes pero en todos ellos es necesario incluir un PMV (Producto Mínimo Viable) con el que poder arrancar. Por supuesto que tengo grandes ideas y docenas de ¿y por qué no…? pero ya es bastante complicado sacar esto que puedes ver aquí abajo (o ya has visto) como para añadir complicaciones y opciones. Si las cosas se deja hasta tener un producto perfecto y y completísimo, al final no se acaba haciendo nada.
- nada como Whatsapp para promocionarse; tener el acceso directo a los teléfonos de los posibles usuarios es la mejor manera de contactar con todos ellos de modo directo, inmediato y personal; las listas de distribución, con sus limitaciones son la manera más correcta de hacerlo porque llegas sólo a quienes te tienen añadido como contacto y así no molestas a quienes no tienen interés en recibir tus mensajes porque ni siquiera te han añadido como contacto.
- la colaboración de las plataformas es cero (o negativa) si no se paga; nadie llegará al directo por indicación de la plataforma si no se paga lo que implica que hay que ganarse cada espectador mediante promoción.
- una retransmisión es una tarea muy complicada y requiere estar al tanto de muchas cosas y comprobar constantemente que todo funcione a la vez que se está actuando y esperando las interacciones de los espectadores: requiere mucha práctica y aún así es muy difícil de sacar adelante sin ayuda.
Por cierto, hay una canción donde se corta el micrófono a medias pero yo no me doy cuenta y sigo cantando pero sólo se escucha la guitarra. Es un error imperdonable: con tanto cable y tanto botón no caí en la cuenta de que podían estar fallando… ¡las pilas! Eso era todo el problema, que las pilas del micrófono inalámbrico estaban fallando y sólo hubiera tenido que sustituirlas en veinte segundos para continuar. En fin… los nervios de directo.