El mundo del SEO está lleno de promesas doradas y atajos secretos que supuestamente llevarán a tu página web al codiciado primer lugar en los resultados de búsqueda de Google. Entre estas promesas, conseguir backlinks de calidad es, sin duda, el Santo Grial de toda estrategia de SEO. Sin embargo, cuando te adentras en el pantanoso terreno de los «expertos en SEO» y sus ingeniosas estrategias para conseguir estos valiosos enlaces, te das cuenta de que muchas de estas tácticas son, en el mejor de los casos, una pérdida de tiempo y, en el peor, una invitación a un desastre de SEO. Y lo más irónico es que, tras desgranarte un sinfín de métodos ineficaces, estos mismos «gurús» acaban sugiriendo lo que todos ya sabíamos pero que nunca admiten abiertamente.
Antes de entrar en materia hay que entender que todo este tema del SEO se empezó a profesionalizar en un momento en el que existían millones de sitios web independientes manejados por aficionados o profesionales incipientes que intentaban encontrar la manera de sacar la cabeza en un mar de sitios web casi anónimos. Hoy día la inmensa mayoría de los sitios web independientes son profesionales y todos los sitios web para aficionados que existían hace 20 años han dejado de existir porque han sido sustituidos por las redes sociales, de manera que cuando hablamos de conseguir enlaces tenemos que entender que quiénes gestionan los sitios web son profesionales o semiprofesionales y ya no existe la energía espontánea que al principio de los tiempos en la web animaba a enlazar unos sitios web con otros.
Y ahora sí, vamos con el tema de cómo conseguir backlinks.
El “Content marketing” o “El contenido es el rey… o eso dicen”
Ah, el content marketing. Según los expertos, la manera más natural de conseguir backlinks es creando contenido increíble que haga que los dueños de otros sitios web quieran enlazarte de manera espontánea. El mantra es simple: “Crea contenido tan bueno que la gente no pueda resistirse a compartirlo”. Pero, ¿qué pasa en realidad? Inviertes horas, días, semanas en escribir ese artículo “épico” lleno de estadísticas, gráficos y una prosa que podría hacer que Shakespeare pareciera un principiante, solo para descubrir que… nadie lo lee. Ni una sola alma. Ni siquiera tu madre, que es la única que te sigue en redes sociales.
Después de lanzar tu obra maestra al mundo, te encuentras enviando correos electrónicos a otros blogueros, mendigando por un enlace, un simple retweet, lo que sea. Pero lo único que consigues es un puñado de respuestas automáticas diciendo: «¡Gracias, pero no estamos interesados!». Al final, te das cuenta de que tu artículo épico está tan perdido en la vastedad de internet como un trozo de pan en el desierto. Entonces, ¿dónde está la recompensa de esos backlinks naturales? Pues en la imaginación de esos expertos en SEO, aparentemente.
El “Guest posting” o “Haz el trabajo sucio por otros”
Otra joya en la corona de tácticas de SEO es el guest posting. Aquí es donde los expertos en SEO te sugieren que te conviertas en un colaborador generoso y altruista, ofreciendo contenido gratuito a otros sitios web a cambio de un mísero backlink. Claro, suena bastante decente en teoría: escribes un artículo para otro sitio y, a cambio, recibes un enlace a tu página. Todos ganan, ¿verdad?
Bueno, lo que no te cuentan es que la mayoría de los sitios decentes que aceptarían un guest post son tan exigentes que más bien parece que estás enviando tu manuscrito a una editorial de renombre. Además, si logras que publiquen tu artículo, el enlace que te dan suele estar tan enterrado en el texto o tan lleno de etiquetas «nofollow» que su valor es prácticamente inexistente. Y ni hablar de los sitios de baja calidad que aceptan cualquier cosa; al final, esos enlaces pueden hacerte más daño que bien. Y tras tanto esfuerzo, ¿qué te queda? Un montón de contenido desperdigado por la web que probablemente no vea la luz del día.
El “Broken Link Building” o “Por favor, ¿puedo limpiar tu casa?”
Esta es quizás una de las tácticas más humillantes que los expertos en SEO proponen con toda seriedad: el broken link building. La idea es simple: buscas sitios web que tengan enlaces rotos, les avisas amablemente de su error y, de paso, les sugieres que sustituyan el enlace roto por un enlace a tu contenido. Suena ingenioso, ¿no?
Ahora, pongámonos en situación. Ahí estás tú, con tu tiempo tan valioso, buscando como un sabueso enlaces rotos en páginas ajenas, solo para enviar un correo amable que probablemente acabe en la bandeja de spam del destinatario. Y si por alguna casualidad del destino el dueño del sitio web recibe y lee tu correo, lo más probable es que lo ignore o, si tiene un buen día, te responda con un «gracias, pero no, gracias». Al final, te conviertes en una especie de limpiador virtual, revisando los rincones oscuros de internet en busca de errores que, francamente, a nadie le importan. Y lo peor de todo, ni siquiera puedes estar seguro de que te vayan a recompensar con un enlace.
El “Link exchange” o “Te doy un enlace si tú me das uno”
De entrada, no olvidemos el pequeño detalle de que la mayoría de los webmasters no están interesados en intercambiar enlaces a menos que tengas un sitio web de igual o mayor autoridad que el suyo. Así que, si eres nuevo en el juego o tu sitio no tiene un dominio con una autoridad increíble, la mayoría de las veces recibirás la callada por respuesta y sólo algunas personas amables se dignarán a darte un «no, gracias». Es decir, te enfrentas a un rechazo tras otro, todo mientras corres el riesgo de que Google te ponga una marca roja en la frente por intentar manipular sus rankings.
Los expertos en SEO, en su infinita sabiduría, te sugieren que contactes a otros webmasters para proponer un intercambio: “Oye, si tú enlazas mi sitio, yo enlazo el tuyo”. Parece justo, ¿verdad? Pero aquí está el truco: Google odia los esquemas de enlaces recíprocos. Así que, incluso si consigues que alguien acepte tu propuesta, estás jugando con fuego.
El “Crea recursos gratuitos” o “Voy a trabajar gratis por si acaso”
Otra táctica ampliamente promovida es la creación de recursos gratuitos, como guías, ebooks, plantillas y cualquier cosa que puedas imaginar que podría ser útil para otros. La teoría es que si ofreces algo valioso, la gente te enlazará de forma natural. Pero aquí está la verdad incómoda: internet está saturado de recursos gratuitos. Cada vez que creas una guía, hay otras cien guías sobre el mismo tema, probablemente mejores o al menos con un mejor diseño.
Entonces, pasas días, semanas, incluso meses creando este recurso “valiosísimo”, solo para darte cuenta de que, aparte de tus tres amigos y el ocasional visitante perdido, nadie lo descargará. Y esos backlinks naturales que se suponía que iban a llover sobre tu sitio como maná del cielo… bueno, digamos que te quedas mirando al cielo esperando una lluvia que nunca llega.
El consejo final: “Compra enlaces, pero hazlo con cuidado”
Después de haber perdido incontables horas y posiblemente parte de tu cordura siguiendo estos métodos, llegamos al punto culminante: el consejo que nunca te dicen abiertamente, pero que todos sabemos que está ahí. Cuando todas las tácticas fallan, cuando te has quemado intentando ganar backlinks de manera “natural”, el susurro sibilino de los expertos en SEO te llega al oído: “¿Y si compras algunos enlaces?”
¡Ah, pero no lo dicen de manera tan directa! No, la sugerencia es más sutil: “Existen formas de invertir en enlaces de calidad”, o “Conecta con webmasters que puedan estar interesados en una colaboración beneficiosa para ambas partes”. En otras palabras: “Compra esos malditos enlaces, pero asegúrate de que nadie se entere”. Llámalo plataformas de marketing de contenidos, notas de prensa, ofertas express, entrevistas o como quieras pero esparce tus enlaces previo pago y, ¡ojo! que no va a ser barato… pero aquí está tu SEO favorito para ayudarte en la tarea a cambio de una pequeña comisión.
Por supuesto, Google deja claro que comprar enlaces es una violación de sus directrices, algo que puede llevar a penalizaciones severas. Sin embargo, la tentación de esos backlinks rápidos y fáciles es grande, especialmente después de haber pasado por el ring de métodos inútiles y tiempo perdido. Es como si los mismos expertos en SEO, tras haberte hecho dar vueltas durante meses, te dijeran con una sonrisa irónica: “Sabes que lo quieres, sabes que es la única forma de que funcione”.
Y así, el círculo se completa. Desde los métodos más ineficaces y humillantes hasta la sugerencia velada de romper las reglas, el mundo del SEO sigue siendo un lugar donde la mayoría de las promesas son tan efímeras como el humo y donde los backlinks, ese tesoro tan codiciado, parecen siempre fuera de alcance… a menos que estés dispuesto a pagar el precio, tanto en dinero como en riesgos.