Las contraseñas compartidas en el mundo del streaming han tenido un efecto similar al de la hormona del crecimiento para las plataformas de series y películas. Durante un tiempo, estas plataformas no solo permitían compartir cuentas, sino que incluso fomentaban esta práctica para aumentar su base de usuarios.
Los consumidores, por su parte, comenzaron a considerar esto como un derecho adquirido. Por eso, cuando Netflix decidió tomar medidas contra las cuentas compartidas, algunos se enfadaron, pero la mayoría se quedó y optó por suscripciones individuales. Netflix implementó estrategias de tarifas y publicidad que resultaron efectivas y llevaron a otros servicios a seguir su ejemplo.
Disney fue uno de los que tomó el guante lanzado por Netflix. Bob Iger, el líder de la compañía, anunció que tenían la tecnología necesaria para hacer lo mismo. Comenzaron en Canadá, informando a los suscriptores de que ya no podrían compartir cuentas fuera de su residencia principal a partir de noviembre, coincidiendo con el lanzamiento de un plan con anuncios que reemplaza la suscripción mensual.
Estos movimientos son parte de un esfuerzo por hacer que el streaming sea más sostenible, ya que en muchos casos se había convertido en una máquina de quemar dinero. Aumentos de precios, planes con anuncios y restricciones en las cuentas compartidas son algunos de los cambios más notables. Además, se ha observado un aumento en la producción de contenido en países de habla no inglesa, ya que esto reduce los costos de producción.
El aspecto financiero es importante, pero no el único beneficio. También ayuda a las compañías a enfrentar problemas como las huelgas de guionistas, que paralizaron Hollywood durante semanas. Además, contribuye a corregir la burbuja del streaming que se estaba inflando constantemente antes de la pandemia.
Cada plataforma ha subido sus precios a lo largo del tiempo. Netflix, por ejemplo, ha mantenido la tarifa básica en 7,99 euros, pero ha aumentado las tarifas de los planes con características adicionales. Disney+, que comenzó a 6,99 euros al mes, ha subido sus precios y ahora ofrece diferentes planes con anuncios y sin anuncios.
HBO, Apple TV, Prime Video y otras también han experimentado incrementos en sus tarifas, lo que ha llevado a un panorama en el que los consumidores tienen que pensar cuidadosamente en qué servicios quieren mantener activos al mismo tiempo.
Además de los aumentos de precios, algunas plataformas han optado por lanzar contenido por entregas para evitar que los espectadores se devoren toda la serie en un fin de semana. Esto también se ha combinado con programas en vivo y eventos para mantener a las audiencias comprometidas; cada vez más, las plataformas de streaming se empiezan a parecer a la televisión tradicional y esto no ha hecho nada más que empezar. Es posible que en los próximos años veamos una mudanza de presentadores y personajes populares de las cadenas de televisión tradicional a las plataformas de streaming; ya está pasando y es una tendencia que solo puede aumentar.
En España, uno de los ejemplos más significativos de esta tendencia es el próximo regreso de «Operación Triunfo» a través de Amazon Prime. Este reality musical ha sido una sensación en el pasado, y ahora, después de un período de descanso, regresa con la promesa de ofrecer algo especial a los espectadores. Aunque las galas se podrán ver en diferido, Amazon Prime está generando expectación al permitir a los espectadores sintonizar en vivo. Esto no solo agrega emoción a la experiencia de visualización, sino que también impulsa la conversación en redes sociales y crea un sentido de comunidad entre los fans del programa.
Esta estrategia no es exclusiva de Amazon. Netflix ya ha establecido un precedente con sus lanzamientos de series y películas originales que generan un gran revuelo en las redes sociales. Estos estrenos se convierten en eventos en sí mismos, marcando el calendario de muchos espectadores y generando discusiones y especulaciones antes, durante y después del lanzamiento. La experiencia en vivo de un programa, como un evento deportivo o un espectáculo en vivo, puede ofrecer una sensación similar de emoción y comunidad.
Hablando de eventos deportivos, las plataformas de streaming también están tratando de competir en este terreno. Aunque DAZN ha intentado establecerse como una alternativa a las cadenas de televisión tradicionales en España, aún no ha logrado desplazar por completo a los gigantes televisivos. En cambio, Amazon ha sido más activo en este ámbito, y en Estados Unidos, Apple TV está haciendo grandes apuestas en contenido deportivo.
El mundo del streaming está en constante evolución y los consumidores se enfrentan a precios en aumento y una mayor complejidad a la hora de elegir qué servicios mantener. Las plataformas han dejado de recibir la lluvia de millones qué les entregaban los inversores pensando que era un negocio de crecimiento infinito. Ahora están buscando formas de mantener a las audiencias comprometidas y, al mismo tiempo, controlar los costos de producción como cualquier cadena de televisión.
En lo que el streaming se parece cada vez más a la televisión es en que se está volviendo un coñazo.
Si no te gustan las series, como a mí, resulta que estás pagando unos canales de streaming para ver un par de películas al mes y muchas veces me pregunto si no valdría la pena simplemente dedicar ese dinero a ir al cine y pasártelo bien yendo con alguien en vez de estar solo y aburrido con el mando a distancia viendo una de esas películas mientras te comes una bolsa de pipas.
No eres el único que empieza a pensar así.
El asunto aquí es que se veía venir que el streaming al final se iba a acabar apareciendo a la televisión. Lo que ha tardado mucho en llegar ha sido el hartazgo de los inversores que ya se han cansado de poner cientos y miles de millones encima de la mesa para que luego los proyectos no rindan los beneficios esperados.
Ahí está, aunque ya nadie se acuerde, el fracaso de la CNN intentando sacar un canal de streaming dedicado a las noticias que duró un pestañeo h ahí están también los cambiantes proyectos alrededor de HBO o o Sky Showtime que no acaban de asentarse y que tienen muy difícil sobrevivir entre tanta plataforma apoyada en gigantes tecnológicos.
A medio plazo yo creo que habrá una limpieza y acabarán quedando tres o cuatro, Netflix y las que tengan detrás a una mega multinacional con la cartera llena de billetes para aguantar el tirón, siempre que no sea Google, claro, que ya se sabe que esos lo cierran todo a las primeras de cambio «para mejorar la experiencia del usuario».