Elon Musk tiene la suerte de que es un millonario de esos a los que se le caen de los bolsillos los fajos de billetes de 1,000 dólares cuando va andando y no se agacha a recogerlos para no perder tiempo. Con ese poderío se compró Twitter y con ese poderío va por la vida.
Esa atalaya desde la que mira al mundo también le supone tener roces con otros que ocupan atalayas igual de altas que él y de vez en cuando saltan chispas que al vulgo nos encanta ver y comentar. Es el salseo del mundo tecnológico online. No es infrecuente que el dueño de Twitter (me niego a llamarlo X) tenga de vez en cuando un cruce dialéctico con algún defensor de la corrección política, del feminismo o de algún otro movimiento de esos que la izquierda occidental ha acogido bajo su ala.
En este caso el choque ha ocurrido con la cabeza pensante y cofundador de la Wikipedia Jimmy Wales. Se ve que Elon Musk no está muy contento con el perfil suyo que hay en la mayor enciclopedia online del mundo y ha decidido hacer alguna broma al respecto así que ha escrito un tuit destinado a la Wikipedia en la que les ofrece mil millones de dólares si se cambian su nombre al menos durante un año por el de Pollapedia (Dickipedia en el original inglés) y le pide a los dueños de la enciclopedia online que añadan esta oferta a la página con la biografía y datos del multimillonario.
Ya antes el millonario había escrito varios mensajes en los que criticaba la actitud de la Wikipedia Foundation por pedir constantemente dinero a los usuarios porque él supone que los ingresos deben ser infinitamente mayores a los gastos que supone mantener una enciclopedia cuyos datos de texto se pueden archivar en la capacidad de memoria que tiene hoy día un buen teléfono móvil.
Sin embargo es obvio que la Wikipedia, siendo como es la biblioteca online más grande del mundo y teniendo versiones en docenas de idiomas actualizadas por miles de editores, debe de tener detrás una infraestructura bastante sólida para soportar el inmenso tráfico que recibe y para gestionar los millones de ediciones que se hacen del texto.
También es verdad que en mayo Jimmy Wales criticó agriamente a Twitter por aceptar las restricciones legales que les imponía el gobierno turco en vez de hacer como la Wikipedia, que recurrió las imposiciones del gobierno de Erdogan ante el Tribunal Supremo turco y ganó la apelación, de manera que el cofundador de la Wikipedia considera que ellos hicieron lo correcto en defensa de la libertad de expresión mientras que Elon Musk se limitó a proteger su negocio y dejar la libertad de expresión reducida a un bonito eslogan.
Seguramente esa antipatía mutua que gastan entre ellos dará lugar más adelante a otros episodios igual de sabrosos y si no, Elon Musk ya se encargará de meterse en otros charcos para tenernos entretenidos. Lo que es seguro es que sea con quien sea y a costa del tema que sea, nos vamos a enterar porque desde que es dueño de Twitter y sabe que sus posts no son censurados de ninguna manera en la plataforma, no duda en explayarse y en poner verde a todo el que se cruza en su camino.
¡Que siga la fiesta!
Este es el tipo de noticia que se presta a comentarios fáciles pero me voy a aguantar las ganas que tengo de soltar una borricada y voy a romper una lanza en favor de Elon Musk que, nos guste o no, es un soplo de aire fresco en toda esa élite engreída de Silicon Valley.
El dueño de Twitter es ahora mismo a un elefante en una cacharrería y los sofisticadísimos y políticamente correctísimos ejecutivos de todas las high tech de Estados Unidos no le pueden ni ver pero a él se la suda.
Qué envidia me da.
La verdad es que tiene unas salidas…