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jueves, 21 noviembre 2024

Notre Dame, puro París

Ocio y culturaNotre Dame, puro París

He tenido la suerte de estar dos veces en la catedral de Notre Dame de París antes del incendio y cuando vi por televisión la noticia y cómo se caía la aguja y parecía que la catedral iba a quedar reducida a cenizas, la verdad es que se me encogió el pecho porque Notre Dame es un símbolo de París y el haber podido estar allí crea un vínculo personal que aumentó la pena que sentí al ver aquel desastre.

Interior de la catedral de Notre Dame de Paris
Interior de la catedral de Notre Dame de Paris

Sin embargo hay que tener en cuenta que son cuatro las grandes catedrales góticas europeas: Notre Dame de París y las catedrales de Colonia, León y Burgos. Todas ellas siguen el mismo programa constructivo, tienen dimensiones similares y, si se mira bien, su valor arquitectónico está muy igualado. La diferencia principal que hace más importante a Notre Dame viene al comparar Burgos con París: no hay color. Ser la catedral de una de las ciudades más importantes del mundo de los dos últimos siglos le da al templo francés una relevancia que no tienen, ni de lejos cualquiera de las otras tres aunque en cualquiera de ellas se puede ver el mismo uso de los arbotantes, las vidrieras, las torres o el uso a lo grande del arco apuntado y la riqueza de las vidrieras y de las decoraciones es superior en las otras iglesias. Dicho de otra manera, si la Torre Eiffel estuviera en Almería sería una atracción muy bonita para mirar el mar pero no la conocería ni el tato.

La construcción de Notre Dame

La Catedral de Notre Dame de París, emblema indiscutible del arte gótico por lo que te he dicho antes, se erige en el corazón histórico de París, en la isla de la Cité. Su construcción comenzó en el año 1163, bajo el auspicio del obispo Maurice de Sully, y se prolongó durante casi dos siglos, hasta 1345. Esta obra maestra arquitectónica no solo refleja el auge del gótico temprano sino que también marca el poder y la influencia de la Iglesia católica en la Francia medieval.

Antes de la construcción de Notre Dame, el sitio albergaba otros templos sagrados. Los restos de una basílica galorromana, dedicada inicialmente a Júpiter y posteriormente transformada en un templo cristiano, yacen bajo su estructura.

Altar mayor de la catedral de Notre Dame de Paris
Altar mayor de la catedral de Notre Dame de Paris

El propósito de Maurice de Sully al erigir Notre Dame era doble: por un lado, aspiraba a reflejar el creciente poder de París como centro de poder y espiritualidad en Europa; por otro, deseaba superar en magnificencia a otras catedrales de la época. El diseño inicial de Notre Dame incorporaba innovaciones arquitectónicas que eran emblemáticas del estilo gótico con el que se estaban construyendo las otras grandes catedrales que te he citado al principio, como los arbotantes, las bóvedas de crucería y los rosetones, elementos que permitieron elevar su altura y luminosidad interiores.

La financiación de la obra provino de la propia diócesis, a través de donaciones de los fieles, y del apoyo de la corona francesa, evidenciando el entrelazamiento de lo religioso y lo político. A medida que avanzaba la construcción, Notre Dame se convirtió en un proyecto colectivo de la ciudadanía parisina, reflejando el orgullo y la identidad de la comunidad.

Durante estos primeros años, la catedral fue testigo de eventos significativos, como la coronación de Enrique VI de Inglaterra en 1431, un acto que subraya la importancia política y espiritual de Notre Dame en la Europa medieval. Además, la estructura misma evolucionó: las modificaciones y adiciones arquitectónicas continuaron más allá de su ‘finalización’ en el siglo XIV, adaptándose a los cambios estilísticos y las necesidades de la época.

El arte gótico en Notre Dame

La Catedral de Notre Dame de París es una de las obras cumbre de la arquitectura gótica, estilo que revolucionó la construcción y estética de los edificios religiosos en la Europa medieval.

La fachada occidental de Notre Dame es una impresionante carta de presentación del arte gótico, caracterizada por su equilibrio y armonía. Es la que sale en las fotos y la que se queda grabada en la memoria de los turistas porque en la plaza que hay frente a esta fachada es donde se guarda la cola durante un buen rato antes de conseguir entrar al templo. Esta fachada está dividida en tres niveles, coronados por dos torres. En el nivel inferior, se encuentran tres portales ricamente decorados: el Portal del Juicio Final, en el centro; el Portal de la Virgen, a la izquierda; y el Portal de Santa Ana, a la derecha. Estos portales están adornados con esculturas que representan escenas bíblicas y de santos, reflejando la función educativa y catequética de la catedral en una época en que la mayoría de los fieles eran analfabetos. La elaboración detallada de estas esculturas demuestra el alto nivel de habilidad artística alcanzado por los canteros góticos.

Fachada oeste de Notre Dame de París
Fachada oeste de Notre Dame de París

Uno de los avances técnicos más significativos en Notre Dame fue la implementación de arbotantes, una innovación gótica destinada a distribuir el peso de la bóveda hacia columnas exteriores, permitiendo así la apertura de grandes espacios en las paredes para vidrieras. Estos arbotantes no solo cumplen una función estructural crítica sino que también añaden un elemento estético único al perfil de la catedral. La introducción de este elemento permitió elevar las bóvedas a alturas sin precedentes y, al mismo tiempo, crear un interior inundado de luz, lo que simbolizaba la presencia divina.

Arbotantes en Notre Dame de Paris
Arbotantes en Notre Dame de Paris

Las vidrieras son otro elemento distintivo de Notre Dame, contribuyendo a la atmósfera mística y trascendental del interior. La más famosa de estas es la Rose Norte, un impresionante rosetón que, junto con sus contrapartes, filtra la luz natural creando un juego de colores vibrantes que iluminan las narrativas bíblicas y santorales representadas en el vidrio. Estas vidrieras no solo son una proeza técnica sino que también funcionan como una biblia visual, enseñando las historias del cristianismo a aquellos que las contemplan. O al menos esa es la teoría porque hay que tener una vista de lince para ver todo eso que supuestamente cuentan las vidrieras a veinte metros de altura.

Vidriera en Notre Dame de Paris
Vidriera en Notre Dame de Paris

Las torres gemelas de la fachada occidental son elementos icónicos de Notre Dame. Las torres ofrecen una visión dominante sobre París y es la parte más emocionante de la visita. La primera vez que estuve (en el siglo pasado), como la visita no estaba todavía tan masificada, pudimos movernos a nuestro antojo por las torres y llegar al campanario donde se supone que vivía el Jorobado. Para la segunda visita ya había un itinerario turístico que seguíamos sin rechistar cientos de turistas en fila india, uno tras otro.

Cambios de Notre Dame a través de los siglos

Durante el Renacimiento y el Barroco, la catedral experimentó cambios significativos que reflejaban las corrientes artísticas y religiosas de la época. En el Renacimiento, se añadieron elementos decorativos que suavizaban la severidad gótica, mientras que en el Barroco, la tendencia hacia la ornamentación exuberante se manifestó en alteraciones internas, como la adición de retablos y la reorganización del coro.

La Revolución Francesa marcó uno de los períodos más tumultuosos en la historia de Notre Dame. La catedral, como símbolo del Antiguo Régimen y la influencia de la Iglesia, sufrió despojos y profanaciones. Se saquearon sus tesoros, se destruyeron estatuas y símbolos religiosos, y el edificio fue desacralizado, llegando a ser utilizado como almacén y, posteriormente, como Templo de la Razón durante el auge del culto revolucionario. O sea, que quitando la piedra y las vidrieras, todo lo que se ve allí es bastante nuevo.

Antes y después de la restauración de la catedral de Notre Dame de París en el siglo XIX
Antes y después de la restauración de la catedral de Notre Dame de París en el siglo XIX

La verdadera resurrección de Notre Dame comenzó en el siglo XIX, liderada por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc. Encargado de su restauración en 1844, Viollet-le-Duc no solo buscó devolver a Notre Dame su gloria medieval sino también completar su visión gótica con elementos que nunca se habían realizado. Su enfoque fue a veces más interpretativo que fidedigno, añadiendo a la catedral elementos como la famosa flecha o aguja, que se convirtió en uno de sus rasgos más icónicos hasta que se destruyó en el incendio de 2019, pero que no formaba parte del diseño original. Hablando en plata, se falsificó todo lo falsificable para justificar una falsa historia gloriosa de Francia por aquello de la grandeur de la France, cosa que los franceses hacen cada vez que pueden sin ruborizarse.

El incendio de Natre Dame en 2019

El 15 de abril de 2019, el mundo observó con horror cómo las llamas consumían parte de la Catedral de París, un símbolo no solo de la arquitectura gótica sino también de la historia y la cultura europeas. Este desastre no solo impactó a Francia sino que, tratándose de París, tuvo una inmediata difusión a nivel global, unificando a personas de todo el mundo en un sentimiento de pérdida y solidaridad aunque no sé por qué yo me imagino que los ayatolás y compañía se estaría riendo a mandíbula batiente. ¿Tú crees que estuvieron muy apenados?

El fuego devastó la techumbre de Notre Dame, destruyendo la aguja central diseñada por Viollet-le-Duc en el siglo XIX y causando graves daños en la bóveda y el interior. Sin embargo, gracias a la rápida intervención de los bomberos, la estructura principal, incluidas las emblemáticas torres frontales y las paredes de piedra, se salvó de la destrucción total.

Sobre las causas del incendio, se acabó determinando que había sido provocado por el incendio del motor de una herramienta eléctrica que cortocircuitó cuando no había nadie trabajando en la zona donde estaba. Recuerdo perfectamente que, intentando echar balones fuera, desde la empresa constructora se dijo que podía haber sido el fuego de una colilla pero también recuerdo a alguien en una televisión española preguntando si alguien había conseguido alguna vez encender un tronco poniendo una colilla encima y la trola no prosperó.

Inmediatamente después del incendio, se inició una movilización global para la restauración de Notre Dame. El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió reconstruir la catedral en cinco años, un anuncio que desencadenó una oleada de donaciones de particulares, empresas y gobiernos de todo el mundo, recaudando más de mil millones de euros para su restauración. Todavía recuerdo a los ecologistas diciendo que no había que dedicar el dinero a iglesias sino a salvar al Amazonas pero ahora que ya vamos teniendo más claro para quién trabajan estas ONGs, se entiende que intentaran desprestigiar todo lo que signifique tradición, cristianismo o valores europeos.

Los trabajos de restauración comenzaron con la estabilización de la estructura para prevenir cualquier colapso adicional. Esto incluyó la instalación de apuntalamientos en los arcos de la bóveda y la creación de un paraguas protector para evitar que el agua de lluvia causara más daños. Uno de los desafíos más significativos ha sido la reconstrucción de la techumbre y la aguja, para lo cual se han utilizado técnicas y materiales tradicionales, en un esfuerzo por mantenerse fieles al diseño original de la catedral.

Trabajos de reconstrucción de Notre Dame de París tal como iban el 8 de marzo de 2024
Trabajos de reconstrucción de Notre Dame de París tal como iban el 8 de marzo de 2024

Ya han pasado los cinco años que prometió Macron que iba a durar la reconstrucción de la catedral de París y parece que todavía quedan, por lo menos, otros cinco. Ahora mi duda es saber si conseguirán reabrirla al público antes de que esté terminada la Sagrada Familia.

Finalmente, parece que la reapertura oficial se producirá el 8 de diciembre de 2024.
Ya veremos.

Visitar la catedral de Notre Dame de París

A día de hoy, diez de marzo de 2024, mientras las obras de restauración siguen en curso, las visitas físicas a Notre Dame no son posibles. Sin embargo, esto no ha disminuido el interés por la catedral; por el contrario, ha incentivado la creación de experiencias virtuales y exposiciones en línea que permiten a personas de todo el mundo explorar su historia, arquitectura y significado cultural desde la comodidad de sus hogares. Estas iniciativas digitales ofrecen recorridos virtuales, reconstrucciones en 3D (<- haz esta visita en 3D que está muy bien y es gratis) y acceso a vastos recursos educativos, proporcionando una nueva forma de conexión con el patrimonio que Notre Dame representa.

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