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domingo, 22 diciembre 2024

La jungla de cristal

Ocio y culturaLa jungla de cristal

Yo conocí a Bruce Willis haciendo de detective en una serie de televisión llamada Luz de luna donde interpretaba el mismo papel que desde entonces ha hecho toda su vida, el de persona al margen de las convenciones pero que al final siempre sale airoso de todas las situaciones. Era una serie muy divertida donde hacía pareja con Cybill Shepherd, con la que mantenía una memorable tensión sexual no resuelta entre la mujer de bandera y el gamberro que se las sabe todas.

Cuando esta serie ya iba por su tercera temporada (cuesta abajo, como todas las series conforme cumplen años) Bruce Willis se encontró con el papel de su vida donde, manteniendo el mismo tono gamberro, interpreta a un policía que mientras intenta resolver el desastre que es su vida personal, se muestra como el agente más comprometido y eficaz que vieron los siglos. Lo normal, vaya.

Ahora que ya nos conocemos de memoria los gestos de Bruce Willis (y los españoles identificamos perfectamente a su doblador al español) y ya sabemos de qué va la película y cómo termina, La jungla de cristal se deja ver casi cuarenta años después de su estreno porque se sostiene sobre el carácter de John McClane, ese policía norteamericano al que seguramente le retiraron más de una vez su placa y su pistola, como le ocurre a todos los agentes que se entregan hasta el límite y, a veces, un poquito más allá.

Como seguramente hace más de diez o veinte años que no has visto la película porque cada vez que la ponían en la tele te decías «Esa ya me la he visto», te invito a que la próxima vez te sientes a verla (o la veas en cualquier plataforma de streaming) porque te aseguro que vas a volver a pasar un buen rato con un montón de fantásticos detalles que ya no recordabas.

Contexto histórico y cultural de 1988

Políticamente, 1988 se sitúa hacia el final de la Guerra Fría, un periodo caracterizado por la tensión entre las superpotencias del Este y del Oeste. Aunque la película no trata directamente temas de la Guerra Fría, la atmósfera de incertidumbre y el deseo de cambio se reflejan en su trama y personajes. Este fue un año en el que Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos, estaba finalizando su mandato, marcando el final de una era de políticas conservadoras y confrontaciones ideológicas. En la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov introducía reformas de «perestroika» y «glasnost», señalando el inicio del fin para la URSS. Estos cambios globales hacia un mundo más abierto y menos dividido se ven reflejados en el dinamismo y la complejidad de la película.

En términos de avances tecnológicos, 1988 fue testigo de la creciente influencia de la tecnología en la vida cotidiana. El uso de ordenadores personales comenzaba a generalizarse en los hogares y oficinas, prefigurando la revolución digital que se avecinaba. Aunque «La jungla de cristal» es una película arraigada en la acción física y tangible, no puede ignorarse cómo este contexto tecnológico emergente influye en la percepción y representación del heroísmo y la astucia.

Culturalmente, los años 80 fueron una década de excesos, de un consumismo rampante y de una estética muy particular, elementos que se reflejan en la estética y temática de «La jungla de cristal». La música, la moda y la cultura pop de la época juegan un papel importante en cómo se enmarca la película, no solo como un producto de su tiempo sino también como un comentario sobre él. La película captura el espíritu de rebeldía y la necesidad de héroes «reales» en un mundo cada vez más artificial y mediado por la tecnología.

En el ámbito del cine, 1988 fue un año de notable diversidad en géneros y estilos (desde Bitelchus a ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, pasando por Rain man o Las amistades peligrosas, Cocktail o Rambo III), pero John McTiernan, su director, se destacó por ofrecer algo diferente. En un tiempo en el que las comedias, los dramas y las películas de ciencia ficción dominaban la taquilla, esta película logró fusionar la acción con un realismo y un carisma que encajaron profundamente con el público y la crítica.

La jungla de cristal
La jungla de cristal

El argumento de «La jungla de cristal»

En el corazón de la década de los ochenta, un período marcado por la exuberancia del cine de acción, «La jungla de cristal» se erigió como un titán indiscutible del género, ofreciendo una narrativa que combinaba habilidosamente la tensión, el drama y el humor dentro de un escenario atípico. Esta película no solo redefine el arquetipo del héroe de acción, sino que también establece un nuevo estándar para los thrillers cinematográficos.

La trama se centra en John McClane, un policía de Nueva York, interpretado con maestría por Bruce Willis, quien llega a Los Ángeles en la víspera de Navidad para reconciliarse con su esposa, Holly, trabajadora de Nakatomi Corporation. Sin embargo, lo que comienza como un intento de reavivar viejos lazos pronto se transforma en una lucha por la supervivencia cuando un grupo de terroristas, liderado por el carismático Hans Gruber (Alan Rickman), toma el control del Nakatomi Plaza durante la fiesta de Navidad de la empresa.

Lo que distingue a «La jungla de cristal» de otras películas de su tiempo es la forma en que introduce a McClane no como el invencible superhombre típico de las películas de acción de la época, sino como un hombre común y corriente, vulnerabilidades incluidas, que se ve atrapado en una situación extraordinaria. Armado solo con su ingenio y experiencia policial, McClane se embarca en un juego del gato y el ratón contra los terroristas, esforzándose por salvar a los rehenes, entre los que se encuentra su esposa, mientras espera la llegada de refuerzos.

A medida que la noche avanza, McClane enfrenta una serie de obstáculos y trampas, revelando la ingeniosa planificación de Gruber y su equipo, quienes se presentan como un organizadísimo grupo terrorista. La dinámica entre McClane y Gruber se convierte en el núcleo emocional de la película, con un juego psicológico que añade profundidad a la acción incesante.

«La jungla de cristal» se desarrolla casi en su totalidad dentro del confinamiento del rascacielos Nakatomi, un elemento que McTiernan aprovecha al máximo para construir una sensación claustrofóbica que amplifica la tensión. Esta localización única, junto con la estrategia de McClane de moverse a través de los diferentes pisos y los sistemas de ventilación del edificio, contribuye a la singularidad de la película, distinguiéndola de las demás producciones de su género.

El director

John Mctiernan tuvo una carrera relativamente corta (aunque dirigió once películas) en la que yo sólo destacaría esta película y La caza del octubre rojo.

Todo en su vida se torció cuando apareció implicado en un caso de espionaje a personas de la industria del cine, lo que se conoció como el Asunto Pelícano, que igual te suena por la correspondiente película, y acabó pasando un año en la cárcel, tras lo cual nunca más volvió a Hollywood.

Los personajes

John McClane: un héroe no convencional

John McClane, interpretado por Bruce Willis, es la personificación del héroe de acción reinventado. Alejado del estereotipo de superhombre imbatible que dominaba el cine de acción de la época, McClane es presentado como un hombre común, con problemas personales y vulnerabilidades evidentes. Su resistencia, ingenio y habilidad para improvisar en situaciones límite lo distinguen. Este policía neoyorquino, que viaja a Los Ángeles para pasar la Navidad con su familia, se encuentra de manera inesperada combatiendo terroristas en el Nakatomi Plaza. Su capacidad para mantenerse humano, haciendo bromas en momentos de tensión y mostrando temor y cansancio, revoluciona el concepto de héroe en el cine de acción, haciéndolo más accesible y realista para el espectador.

La jungla de cristal
La jungla de cristal

Hans Gruber: un malo con carisma

Hans Gruber, magistralmente interpretado por Alan Rickman en su debut cinematográfico, es la antítesis perfecta de McClane. Inteligente, calculador y con un carisma indiscutible, Gruber es un antagonista que despierta tanto aversión como admiración. La interacción entre McClane y Gruber, marcada por un juego del gato y el ratón lleno de tensión y diálogos agudos, se convierte en el núcleo emocional de la película.

Personajes secundarios

Holly Gennero, la esposa de McClane, cuya fortaleza y determinación son vitales tanto para la trama como para la evolución del personaje principal, y el sargento Al Powell, cuya amistad con McClane a través de la radio ofrece momentos de alivio emocional y apoyo, entran y salen perfectamente de la acción. Los terroristas, los empleados de Nakatomi y los diferentes miembros de los servicios de emergencia y del FBI aportan capas adicionales de complejidad y realismo que trasciende el simple marco de «buenos contra malos».

Innovaciones técnicas en efectos especiales

Uno de los aspectos más destacados fue el uso de efectos prácticos reales en lugar de depender excesivamente de los efectos generados por ordenador, que en aquel momento estaban en sus etapas iniciales de desarrollo. Esto implicó la utilización de explosivos reales para las escenas de acción, maquetas detalladas para las tomas exteriores del edificio Nakatomi y un enfoque minucioso en las coreografías de las escenas de lucha y disparos.

La secuencia de la explosión en el vestíbulo del Nakatomi Plaza y la posterior destrucción de parte del edificio son ejemplos de cómo «La jungla de cristal» utilizó técnicas avanzadas de pirotecnia y efectos especiales mecánicos para crear momentos cinematográficos impactantes.

La jungla de cristal
La jungla de cristal

Otra innovación técnica fue el uso de la técnica de tilt-shift para las tomas aéreas del edificio, que permitió a los cineastas dar la impresión de estar observando una maqueta en miniatura, aumentando así el impacto visual de la destrucción a gran escala. Esta técnica, junto con el uso estratégico de miniaturas y efectos de cámara, contribuyó a la sensación de inmensidad y realismo de los escenarios.
Esto del tilt-shift es un efecto óptico que hace que parezca que estamos viendo una maqueta. Seguramente habrás visto en las redes sociales algunos vídeos que dan la sensación de ser maquetas pero que cuando se acercan a las personas te das cuenta que son vídeos reales. En esta película este efecto se utilizó para hacer tomas reales del edificio de manera que cuando se utilizaron las maquetas para las explosiones y la destrucción parcial del mismo no se notase la diferencia.

La jungla de cristal comparada con otros clásicos del género

Antes de «La jungla de cristal», el cine de acción tendía a centrarse en héroes casi invencibles, personificados por figuras como Arnold Schwarzenegger en «Terminator» (1984) y Sylvester Stallone en «Rambo» (1982). Estas películas, aunque muy entretenidas, ofrecían protagonistas cuya fuerza y capacidad para superar cualquier adversidad a veces rozaban lo sobrehumano. En contraste, John McClane es presentado como un hombre ordinario, vulnerable y lleno de defectos, lo que lo hacía más identificable para el público. Esta humanización del protagonista marcó un antes y un después en la representación de los héroes de acción.

Comparándola con «Terminator», que también jugaba con la tensión y el suspense, «La jungla de cristal» optó por un enemigo humano (aunque excepcionalmente inteligente y bien preparado), lo que añadía una capa de realismo psicológico al conflicto. A diferencia de los enemigos casi indestructibles de «Terminator», Hans Gruber y su equipo son mortales, lo que hace que sus planes y la resistencia de McClane sean más creíbles y atractivos.

En relación a «Rambo», donde el protagonista es un soldado altamente entrenado enfrentándose a adversarios en un entorno selvático, «La jungla de cristal» traslada la acción a un entorno urbano, un rascacielos en Los Ángeles. Esta elección de ubicación no solo era innovadora, sino que también simbolizaba la jungla de asfalto de finales del siglo XX, enfrentando a McClane a desafíos tanto físicos como intelectuales en un espacio confinado.

Otra comparación interesante se puede hacer con «Arma letal» (1987), lanzada un año antes. Aunque «Lethal Weapon», como se llamaba en inglés, también presenta a un héroe de acción menos dotado en forma de Martin Riggs (Mel Gibson), el enfoque de «La jungla de cristal» incluyendo notas de humor o cansancio, hicieron que muchos más espectadores pudieran verse reflejados en el protagonista.

«La jungla de cristal» también se destaca por su capacidad para equilibrar el drama, la acción y el humor, un equilibrio que muchas películas de acción posteriores han intentado replicar pero pocas han logrado con tanto éxito.

La jungla de cristal
La jungla de cristal

Curiosidades y anécdotas de producción

Bruce Willis, una elección no convencional: Antes de ser seleccionado para el papel de John McClane, Bruce Willis era conocido principalmente por su trabajo en la comedia romántica televisiva «Luz de luna». Su elección como protagonista de un thriller de acción fue una apuesta arriesgada que sorprendió a muchos, dada la predominancia de actores como Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger en el género. Sin embargo, esta decisión se convertiría en uno de los mayores aciertos de la película, redefiniendo la carrera de Willis y el arquetipo del héroe de acción.

Alan Rickman, llegar y besar el santo: «La jungla de cristal» marcó el debut cinematográfico de Alan Rickman, quien ya era un actor de teatro respetado en el Reino Unido. La elección de Rickman para interpretar a Hans Gruber añadió una profundidad y carisma excepcionales al villano de la película, posicionando a Rickman como una figura destacada en Hollywood.

El edificio Nakatomi Plaza: El emblemático rascacielos, escenario principal de la película, es en realidad el Fox Plaza en Century City, Los Ángeles, que en el momento del rodaje era la sede de 20th Century Fox. La producción utilizó el edificio, aún en construcción, para filmar muchas de las escenas de acción, aprovechando su estructura inacabada para añadir realismo a la destrucción y el caos que se desata en la trama.

El icónico «Yippee-ki-yay»: La famosa frase de McClane, «Yippee-ki-yay, motherfucker» (Yippy ky yey, hijo de puta» en la versión española), se improvisó en parte por Bruce Willis durante el rodaje. Como suele pasar, esta línea se convertiría no solo en una de las más recordadas de la película, sino también en una de las más icónicas del cine de acción en general.

La jungla de cristal
La jungla de cristal

¿Se puede ver todavía o ha envejecido mal?

Antes que nada hay que tener en cuenta que ahora mismo, en 2024 cuando estoy escribiendo esto, Bruce Willis está retirado de la vida pública porque una enfermedad mental degenerativa le está apagando poco a poco. Eso le da todavía más valora esta película que nos muestra a un hombre joven y fuerte, con pelo en la cabeza y nos recuerda que el cine solo es cine.

Por lo demás, «La jungla de cristal» se ha mantenido como un clásico indiscutible del cine de acción, trascendiendo su época para convertirse en una pieza atemporal del arte cinematográfico. A más de tres décadas de su estreno, la película sigue siendo disfrutable, una prueba de su calidad y el ingenio detrás de su producción. Pero, ¿qué hace que «La jungla de cristal» se mantenga vigente en un mundo cinematográfico que ha evolucionado considerablemente desde 1988?

Primero, el carácter humano y realista de John McClane como héroe de acción. En un tiempo donde el cine de acción ha oscilado entre el realismo crudo y la fantasía hiperbólica de los superhéroes, la figura de McClane se mantiene como un recordatorio de que los personajes con los que el público puede identificarse son a menudo los más memorables. La vulnerabilidad, ingenio, y la resiliencia de McClane frente a las adversidades han convencido a las audiencias de diferentes generaciones, manteniendo al personaje fresco y relevante.

Segundo, la calidad de la narrativa y la ejecución técnica de «La jungla de cristal» han asegurado su perdurabilidad. La atención al detalle en los efectos especiales prácticos, la tensión narrativa y el desarrollo de personajes ofrecen una experiencia que se percibe tan emocionante y cohesiva hoy día como en el momento de su estreno. A diferencia de algunas películas de su tiempo que han envejecido notablemente debido al uso de tecnologías que ahora se ven anticuadas, «La jungla de cristal» ha resistido bien el paso del tiempo, gracias a su enfoque en la calidad sobre la cantidad en términos de efectos visuales y su énfasis en la historia y los personajes.

Finalmente, el género de acción ha visto muchos cambios, con tendencias que van desde el realismo gráfico hasta el espectáculo CGI. Sin embargo, «La jungla de cristal» ofrece un equilibrio que muchas películas modernas de acción luchan por alcanzar: una combinación de acción convincente, personajes bien desarrollados, y una trama que es emocionante sin ser inverosímil. Este balance hace que la película sea accesible y atractiva para los espectadores actuales, incluso aquellos acostumbrados a los estándares y estilos modernos.

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