El Shogayaki, uno de los platos más populares en Japón, se caracteriza por ser una receta sencilla pero llena de sabor. Su nombre se descompone en «shoga», que significa jengibre, y «yaki», que indica asado o frito. Este plato utiliza lomo de cerdo fino que se marina y cocina en una salsa a base de jengibre, lo que da lugar a una mezcla intensa y refrescante que lo hace tan atractivo. Aunque en España puede no ser tan común encontrarlo en restaurantes japoneses, su preparación en casa es totalmente factible con ingredientes accesibles y algunas sustituciones.
Shogayaki: tradición y sabor japonés en tu mesa
El Shogayaki es un ejemplo perfecto de cómo la gastronomía japonesa consigue equilibrar sabores potentes en platos aparentemente simples. Este plato es un claro reflejo de cómo la cocina casera japonesa puede ser sabrosa sin necesitar ingredientes complicados ni técnicas elaboradas. Su componente principal es el cerdo, que al combinarse con el jengibre fresco y una salsa ligeramente dulce y salada, logra una fusión que apela a los paladares de todo el mundo.
Si bien el jengibre es el alma del Shogayaki, su toque no es abrumador, sino que complementa la grasa natural del cerdo, creando un contraste delicioso que resulta satisfactorio. Aunque el cerdo es el ingrediente principal, la clave está en la salsa de jengibre, que aporta frescura y un toque picante, haciendo que este plato sea ideal tanto para una comida ligera como para una cena.
A continuación, te detallo una receta para que puedas prepararlo en casa, utilizando ingredientes que puedes encontrar fácilmente en España, o con algunas adaptaciones.
Ingredientes
Para preparar el Shogayaki necesitarás:
- 1 trozo de jengibre fresco (de unos 5 cm o 100 g)
- ½ cebolla (aproximadamente 140 g)
- 340 g de lomo de cerdo en rodajas muy finas (Si no encuentras carne de cerdo cortada finamente, puedes cortar el lomo tú mismo en casa. Lo ideal es que las rodajas sean lo más finas posible. Puedes congelar ligeramente la carne antes de cortarla para facilitar el proceso.)
- 1 cucharada de sake (para marinar el cerdo)
- 1 cucharada de harina de trigo (para el cerdo)
- 1-2 cucharadas de aceite neutro (puede ser aceite de girasol, arroz, canola o un aceite de oliva suave)
- Pimienta negra recién molida (opcional para espolvorear al final)
Para la salsa de jengibre:
- 2 cucharadas de salsa de soja
- 2 cucharadas de mirin (Si no encuentras mirin, puedes sustituirlo por una mezcla de vino blanco con una pizca de azúcar.)
- 2 cucharadas de sake
- 1 cucharadita de azúcar
Preparación
- Marinando la carne: Corta el lomo de cerdo en rodajas finas, si no las has comprado ya cortadas. Para facilitar que los sabores se integren bien, marina la carne en 1 cucharada de sake durante unos 15 minutos. Este paso ayudará a suavizar el cerdo y a añadir un ligero toque umami.
- Preparando el jengibre y la cebolla: Pela el jengibre y rállalo fino. Este es el ingrediente estrella de la receta, así que asegúrate de extraer bien el jugo al rallarlo. Corta la cebolla en finas tiras para que se cocine rápidamente y se mezcle bien con la carne.
- Preparando la salsa: En un bol pequeño, mezcla la salsa de soja, el mirin, el sake y el azúcar. Esta mezcla equilibrada entre lo salado y lo dulce, junto con el toque picante del jengibre, será la que dé vida al plato.
- Cocinando el cerdo: Espolvorea la carne marinada con una capa ligera de harina de trigo. Esto ayudará a que la carne quede más crujiente y se adhiera mejor la salsa al final. Calienta una sartén con 1-2 cucharadas de aceite neutro a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, añade las rodajas de cerdo. Cocina por ambos lados hasta que se doren ligeramente. Este proceso es rápido, ya que el cerdo está finamente cortado, por lo que solo necesitarás unos 2-3 minutos por lado.
- Añadiendo la salsa y el jengibre: Una vez la carne esté dorada, añade las tiras de cebolla y el jengibre rallado a la sartén. Cocina durante 1-2 minutos más, permitiendo que la cebolla se ablande un poco. Vierte la salsa que has preparado anteriormente y deja que se mezcle bien con la carne y la cebolla. Cocina todo junto durante unos 2-3 minutos más, hasta que la salsa espese ligeramente y cubra bien el cerdo.
- Toques finales: Si lo deseas, puedes añadir un toque de pimienta negra recién molida al servir. Este paso es opcional, pero añade una capa de sabor extra que complementa la salsa de jengibre.
Consejos para disfrutar el Shogayaki en casa
El Shogayaki suele servirse acompañado de arroz blanco y un poco de repollo rallado, que ayuda a equilibrar la intensidad de los sabores. Si no tienes sake o mirin a mano, estas pueden ser las sustituciones más complicadas. En lugar de sake, un vino blanco seco puede funcionar, aunque cambiará ligeramente el perfil de sabor. Para el mirin, como mencionamos antes, una mezcla de vino blanco con una pizca de azúcar puede ser un buen sustituto. Lo importante es conseguir ese balance entre lo dulce, lo salado y el toque fresco del jengibre.
Este plato es ideal para preparar en cenas rápidas o comidas entre semana, ya que no requiere de mucho tiempo ni ingredientes exóticos. Lo más interesante del Shogayaki es cómo algo tan simple como el jengibre puede transformar completamente un plato, ofreciendo un contraste tan único y refrescante.
Con esta receta, puedes disfrutar de un auténtico sabor japonés en tu cocina, sin necesidad de salir a buscar ingredientes imposibles de encontrar.