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jueves, 24 octubre 2024

Carlow: jardines y castillos menos conocidos

Ocio y culturaCarlow: jardines y castillos menos conocidos

Carlow, uno de los condados más pequeños de Irlanda, es a menudo pasado por alto en las rutas turísticas más populares, pero ofrece un sinfín de joyas ocultas que merecen ser exploradas. Situado en la región del Leinster y atravesado por el río Barrow, Carlow es un lugar donde la historia, la naturaleza y el encanto rural se combinan de forma perfecta. Este condado es el hogar de castillos medievales con siglos de antigüedad, jardines espectaculares y tranquilos paisajes campestres que invitan a disfrutar de la serenidad del entorno. A pesar de su tamaño, Carlow guarda secretos que revelan la profundidad de su pasado y su contribución a la historia de Irlanda, y es un destino ideal para quienes buscan una experiencia más auténtica y menos concurrida.


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El castillo de Carlow: historia y ruinas

En el centro de la ciudad de Carlow se alzan los restos del castillo de Carlow, una fortaleza medieval que data del siglo XIII. Construido por William Marshal, uno de los nobles más poderosos de la época, el castillo jugó un papel crucial en la defensa de la región durante la Edad Media. Aunque hoy en día solo quedan en pie parte de sus muros y torres, el castillo sigue siendo un símbolo importante de la historia de la ciudad y una muestra de la arquitectura militar normanda.

El castillo fue erigido originalmente como una fortaleza de piedra, con gruesos muros y una ubicación estratégica a orillas del río Barrow, lo que permitía controlar el tráfico fluvial y proteger el acceso a la ciudad. Durante siglos, el castillo fue testigo de numerosas batallas y asedios, especialmente durante las guerras anglo-irlandesas y la Rebelión de 1641. A lo largo de su historia, el castillo cambió de manos varias veces y sufrió diversos ataques, incluyendo un intento fallido de reforma en el siglo XIX que terminó en desastre, cuando parte del castillo fue destruido debido a una explosión causada por un intento fallido de convertirlo en un hospital.

A pesar de que gran parte del castillo se encuentra en ruinas, los restos que sobreviven son una poderosa evocación del pasado. Los visitantes pueden caminar alrededor del castillo y explorar los vestigios de lo que fue una imponente fortaleza normanda, imaginando cómo se veía en sus días de gloria. Las torres que aún se mantienen en pie ofrecen una idea de la magnitud y el diseño original de la estructura, que en su momento estaba rodeada por gruesos muros defensivos y fosos.

Huntington Castle: una residencia viva con siglos de historia

Situado en el pueblo de Clonegal, a las afueras de Carlow, se encuentra Huntington Castle, una de las residencias más fascinantes de Irlanda. A diferencia del castillo de Carlow, que hoy en día es solo una ruina, Huntington Castle sigue siendo una residencia privada y está habitado por la misma familia desde hace más de 400 años. Este castillo es una mezcla única de fortaleza medieval y mansión renacentista, con extensos jardines que reflejan el estilo de vida señorial que ha perdurado a lo largo de los siglos.

Huntington Castle fue construido en el siglo XVII sobre los restos de un monasterio medieval, y sus gruesos muros y ventanas estrechas revelan su origen como fortaleza defensiva. Sin embargo, a lo largo de los siglos, la fortaleza fue transformada en una elegante mansión, añadiendo alas y jardines en un estilo más refinado. Una de las características más notables de Huntington Castle es su capilla subterránea, dedicada a la Goddess Isis, un ejemplo raro de sincretismo religioso en Irlanda. Este pequeño templo, construido en el siglo XX por la familia Durdin-Robertson, sigue siendo utilizado para rituales y ceremonias de la Sociedad de la Diosa Isis, una secta neopagana que se ha mantenido activa durante décadas.

El interior del castillo está decorado con muebles antiguos, retratos familiares y objetos que cuentan la historia de las generaciones que han vivido allí. Las visitas guiadas por la casa ofrecen a los visitantes la oportunidad de conocer más sobre la vida en una casa señorial irlandesa a lo largo de los siglos, incluyendo anécdotas sobre los antiguos habitantes y sus legados. Huntington Castle es también famoso por sus jardines formales, que datan de principios del siglo XVII y que incluyen paseos de tejos, estanques, un invernadero victoriano y una exuberante plantación que cubre el perímetro del castillo.

Los jardines, que se extienden por más de 12 hectáreas, son el lugar perfecto para disfrutar de un paseo tranquilo. Los senderos serpentean a través de avenidas de tejos que tienen más de 500 años de antigüedad, lo que le da al lugar una atmósfera mágica. Además, los jardines cuentan con especies raras de árboles, flores exóticas y una colección de esculturas que añaden un toque artístico al paisaje. Huntington Castle ofrece a los visitantes una experiencia única, que combina la historia con la vida contemporánea, en un entorno rural encantador.

Los jardines de Altamont: un paraíso botánico

Uno de los mayores tesoros de Carlow es Altamont Gardens, una finca de 40 hectáreas considerada uno de los jardines más bellos de Irlanda. Ubicados cerca del pueblo de Ballon, estos jardines ofrecen una impresionante mezcla de paisajismo formal y entorno natural, con una variedad de especies vegetales que florecen en diferentes estaciones del año. Altamont es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la jardinería, y un lugar que invita a la contemplación y al disfrute de la tranquilidad.

Los jardines de Altamont son famosos por su colección de rododendros, que en primavera transforman el lugar en un espectáculo de colores vibrantes. Estos arbustos de floración exuberante, que se agrupan a lo largo de los paseos, crean un ambiente encantador mientras se extienden por los márgenes de los jardines y los senderos boscosos. Además de los rododendros, Altamont alberga una rica colección de magnolias, camelias y rosales que florecen a lo largo del año.

Uno de los aspectos más atractivos de Altamont Gardens es la manera en que se integra con el paisaje natural circundante. Los visitantes pueden pasear a lo largo del lago y disfrutar de las vistas que se abren hacia los campos ondulantes y el río Slaney que atraviesa la finca. Los senderos que serpentean por los bosques de robles, abetos y hayas conducen a través de jardines de rocas y cascadas que añaden un toque pintoresco al entorno.

Altamont Gardens no es solo un lugar para disfrutar de la belleza de las flores y el paisaje, sino también un sitio lleno de historia. La finca perteneció a la familia Borris durante siglos, y su casa de campo victoriana aún se conserva en el centro de los jardines. Aunque la casa no está abierta al público, su presencia añade un aire de elegancia y nobleza al conjunto del jardín.

Cada temporada en Altamont ofrece algo diferente: en primavera y verano, las flores están en plena floración, mientras que el otoño trae un festival de colores dorados y rojizos a medida que las hojas caen. Incluso en invierno, los jardines tienen un encanto especial, con los árboles desnudos y los paisajes nevados que transforman el lugar en un refugio de paz.

Duckett’s Grove: un castillo neogótico lleno de misterio

Otro de los castillos que merece ser mencionado en Carlow es Duckett’s Grove, una mansión neogótica construida en el siglo XIX que, aunque actualmente en ruinas, sigue siendo uno de los edificios más impresionantes del condado. Ubicada en medio de tierras agrícolas, Duckett’s Grove fue una vez el centro de una gran finca que pertenecía a la familia Duckett, terratenientes adinerados que vivieron en la casa durante más de 300 años.

La construcción del castillo neogótico fue encargada por William Duckett, quien deseaba una residencia que reflejara la grandeza y el estilo de las grandes casas de la aristocracia europea. El resultado fue una mansión con torres, almenas y elementos decorativos que recuerdan a los castillos medievales, pero con un enfoque más romántico y ornamental. Sin embargo, tras la caída de la familia Duckett en el siglo XX, la casa fue abandonada y posteriormente destruida por un incendio, lo que la dejó en su estado actual de ruinas.

A pesar de estar en ruinas, Duckett’s Grove sigue siendo un lugar fascinante para visitar. Los visitantes pueden explorar los terrenos del castillo y pasear por los jardines amurallados, que han sido restaurados en años recientes. Los jardines cuentan con plantas y flores que recrean la plantación original del siglo XIX, y son un espacio ideal para disfrutar de la calma y la tranquilidad. Además, la mansión es conocida por su ambiente misterioso y se ha convertido en un lugar popular para los entusiastas de lo paranormal, ya que las leyendas locales hablan de fantasmas que aún habitan en las ruinas.

Los alrededores de Duckett’s Grove también son perfectos para hacer senderismo, con senderos que serpentean a través de los campos y las colinas de Carlow. Las vistas desde el castillo son espectaculares, especialmente al atardecer, cuando la luz del sol se filtra a través de las ventanas vacías y crea una atmósfera mágica en todo el lugar.

Brownshill Dolmen: un testigo del pasado prehistórico

Más allá de los castillos y jardines, Carlow también alberga algunos de los sitios prehistóricos más importantes de Irlanda. Uno de ellos es el Brownshill Dolmen, un impresionante monumento megalítico que data de más de 5.000 años. Este dolmen, situado a las afueras de la ciudad de Carlow, es famoso por su gigantesca piedra de techo, que pesa aproximadamente 100 toneladas, lo que lo convierte en el dolmen con la piedra de cubierta más grande de Europa.

El dolmen de Brownshill es un testimonio de la ingeniería primitiva de los habitantes neolíticos de la región, quienes erigieron este monumento como una tumba o lugar ceremonial. Aunque los arqueólogos no han determinado con exactitud cómo lograron mover y colocar una piedra de tal tamaño, el dolmen sigue siendo una de las estructuras más impresionantes de la prehistoria irlandesa.

Los visitantes pueden acercarse al dolmen y admirar su construcción de cerca, imaginando cómo debió haber sido la vida en Irlanda hace miles de años. La piedra gigante, sostenida por dos menhires, se alza sobre el paisaje circundante, lo que añade un aire de misterio y reverencia al lugar.

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