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domingo, 22 diciembre 2024

Casablanca

Ocio y culturaCasablanca

Estoy seguro de haber visto «Casablanca» entera dos veces pero creo que he visto tantos fragmentos de la película en redes sociales que si los sumásemos todos ya llevaría cinco o seis visionados completos. «Casablanca», dirigida por Michael Curtiz y estrenada en 1942, se ha consolidado como uno de los grandes clásicos de la historia del cine. Aclamada por la crítica y el público, esta película ambientada en la Segunda Guerra Mundial sigue siendo recordada por su inolvidable historia de amor, sus diálogos icónicos y su trasfondo político. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que el rodaje estuvo plagado de incertidumbres, tensiones y secretos que hacen que la leyenda de «Casablanca» trascienda la pantalla. La película no solo destaca por lo que se ve en pantalla, sino por todo lo que ocurrió detrás de ella.

La incertidumbre del guion: un caos creativo

Una de las características más sorprendentes de «Casablanca» es que el guion no estaba terminado cuando comenzaron a rodar. Los guionistas Julius J. Epstein, Philip G. Epstein y Howard Koch escribían escenas casi a diario, lo que tenía en vilo a los actores, quienes muchas veces no sabían cómo interpretar a sus personajes. Humphrey Bogart, quien encarna al protagonista Rick Blaine, confesó en más de una ocasión que no sabía cómo terminaría la película o con quién acabaría su personaje. Esta improvisación se reflejaba en su actuación, lo que añadió de rebote un toque de autenticidad al desasosiego de Rick.

Este caos en el guion no fue necesariamente bien recibido por todos. Ingrid Bergman, que interpreta a Ilsa Lund, se sentía perdida sobre cómo debía interpretar su papel. Sin saber si Ilsa debía amar realmente a Rick o a su marido, Victor Laszlo, la actriz pidió consejo al director Michael Curtiz. Curtiz, con su característico estilo directo, le respondió simplemente: «Actúa como si estuvieras enamorada de ambos». Este enfoque minimalista, por decirlo de una manera elegante, fue lo único que tuvo Bergman para guiarse a lo largo de la película, lo que la llevó a mostrar una ambigüedad emocional en su interpretación que, curiosamente, resultó ser clave para el éxito de su personaje.

Bogart y Bergman: química sin romance

Aunque la química entre Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en pantalla es innegable, detrás de las cámaras no existía un romance entre los actores, a pesar de los rumores que circularon durante años y que a todo el mundo le hubiese encantado que fueran ciertos. Bogart estaba en ese momento casado con la actriz Mayo Methot, una relación bastante tumultuosa y cargada de tensiones y hasta platos volando. Methot, conocida por sus celos, solía visitar el set de rodaje, lo que no hacía más que aumentar la presión sobre Bogart.

A pesar de la aparente distancia personal entre ambos, la profesionalidad de los actores consiguió transmitir una de las historias de amor más memorables del cine. La relación de Rick e Ilsa, marcada por el sacrificio y el desamor, se reflejó con una sutileza emocional que fue posible gracias al trabajo de Bergman y Bogart. Sin embargo, fuera del set, su relación no iba más allá de la mera cordialidad.

Casablanca - El cuadro principal
Casablanca – El cuadro principal

Curtiz tampoco ayudaba mucho

Michael Curtiz, el director de la película, era famoso por su estilo autoritario y su falta de paciencia con los actores. Esta actitud le llevó a tener más de un roce con Humphrey Bogart, quien no soportaba los constantes cambios de guion ni las improvisaciones de última hora. Además, no dudaba en repetir las escenas hasta la extenuación, lo que agotaba física y emocionalmente a todo el equipo.

La relación entre Curtiz y los actores fue particularmente tensa durante las escenas clave, como la del final en el aeropuerto. Esta secuencia, que es una de las más recordadas de la película, fue filmada en condiciones extremadamente difíciles. El rodaje se llevó a cabo en estudios de Hollywood y para crear la ilusión de un aeropuerto más grande de lo que realmente era, se utilizaron maquetas y trucos de perspectiva. Curtiz insistió en repetir la toma hasta que quedó satisfecho, quienes ya estaban agotados por las largas jornadas de trabajo y dieron gracias por poder librarse por fin de aquel co**azo que habían aguantado derante los cincuenta y nueve días que duró el rodaje.

La censura y las escenas recortadas

Como muchas películas de la época, «Casablanca» no escapó a la censura. La Oficina del Código de Producción, responsable de garantizar que las películas cumplieran con los estándares morales de la época, vigilaba de cerca cada escena de la película. Las escenas más románticas entre Rick e Ilsa fueron suavizadas para evitar cualquier insinuación de infidelidad explícita, algo que no habría sido tolerado en un filme de 1942.

También se ejerció presión sobre los aspectos políticos de la película. En plena Segunda Guerra Mundial, Hollywood estaba bajo una intensa vigilancia para asegurarse de que no produjera películas que criticaran de manera demasiado directa a los gobiernos o que tomaran posiciones políticas demasiado fuertes. Aunque «Casablanca» es claramente un alegato contra el régimen nazi, tuvo que hacerlo de forma más sutil y evitando los ataques directos que podrían haber afectado su distribución en ciertos países.

La música: una protagonista inesperada

Una de las características más reconocibles de «Casablanca» es su banda sonora, especialmente la canción «As Time Goes By», interpretada por Dooley Wilson en su papel de Sam a pesar de que era un cantante que no tenía ni la más remota idea de cómo se tocaba el piano. Lo curioso es que esta canción estuvo a punto de ser eliminada del metraje final. Max Steiner, el compositor encargado de la banda sonora de la película, quería sustituirla por una pieza original, pero el equipo de producción se opuso. Consideraban que «As Time Goes By» ya estaba demasiado vinculada a la trama y a la relación entre Rick e Ilsa. Finalmente, la canción se mantuvo y hoy en día es inseparable del legado de la película.

La famosa frase Tócala otra vez, Sam nunca se dijo en la película y sin embargo, muchas personas la siguen repitiendo como si formara parte de ella. El personaje de Ingrid Bergman decía en realidad Tócala, Sam. La confusión se debe al filme Sueños de un seductor (Play It, Again Sam, 1972) basada en una novela de Wood Allen.

La música también jugó un papel clave en momentos de tensión política dentro de la historia. La escena en la que los clientes del bar de Rick cantan «La Marsellesa» como desafío a los soldados nazis es un ejemplo de cómo la música se convirtió en una herramienta de resistencia, algo que convenció profundamente al público de la época.

Casablanca - Momento del rodaje de la escena final del aeropuerto
Casablanca – Momento del rodaje de la escena final del aeropuerto

Rodando en estudios: la magia de la escenografía

Aunque «Casablanca» se ambienta en la exótica ciudad del mismo nombre en Marruecos, la realidad es que el rodaje se realizó en su totalidad en estudios de Hollywood. Esto fue una combinación de restricciones presupuestarias y logísticas, agravadas por la situación bélica mundial. Los estudios de Warner Bros. se vieron obligados a recrear el Café de Rick y las calles de Casablanca con un presupuesto limitado, pero el resultado fue tan convincente que pocos espectadores habrían adivinado que no estaban viendo escenarios reales.

Uno de los mayores retos de rodar en estudio fue la ya mencionada escena del aeropuerto. Curtiz, junto con el equipo de producción, tuvo que emplear ingeniosos trucos cinematográficos (empezando por una niebla que no se entiende en medio del desierto africano) para que la secuencia pareciera realista. Se utilizaron maquetas de aviones y extras de baja estatura para crear la ilusión de perspectiva. Además, la niebla que envuelve la escena no solo aportó un aire dramático, sino que también ayudó a disimular los límites del escenario y las limitaciones del presupuesto.

…y pese a todo, al público le encantó

Pese a todos los desafíos durante el rodaje, «Casablanca» fue un éxito inesperado en su estreno. La película no solo conquistó los corazones de la audiencia, sino que también fue galardonada con tres premios Óscar, incluyendo el de Mejor Película. Su combinación de romance, política y sacrificio la ha convertido en una obra atemporal que sigue siendo relevante más de 80 años después de su estreno.

En su momento, «Casablanca» no estaba destinada a ser un gran éxito. Era solo una de tantas producciones de Warner Bros. y tanto los productores como el equipo creativo la consideraban una película más. Sin embargo, la historia demostró lo contrario. El increíble trabajo de los actores y la mezcla de géneros hicieron que «Casablanca» no solo fuera popular en su época, sino que lograra trascender generaciones.

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