Ensalada de remolacha y granada con rúcula: un plato refrescante y lleno de beneficios para la salud
La ensalada de remolacha y granada con rúcula es una opción sabrosa y colorida que destaca tanto por su aspecto visual como por sus propiedades nutricionales. Este plato combina el sabor terroso de la remolacha, el dulzor jugoso de los granos de granada y el toque ligeramente picante de la rúcula, creando un equilibrio de sabores que satisface incluso a los paladares más exigentes. A lo largo de la historia, cada uno de estos ingredientes ha sido valorado tanto en la gastronomía como en la medicina tradicional, y juntos no solo forman una ensalada deliciosa sino también un plato repleto de propiedades beneficiosas.
Propiedades y beneficios de sus ingredientes principales
- Remolacha: el «superalimento» color púrpura La remolacha es conocida por su intenso color rojo-púrpura, debido a las betalaínas, unos pigmentos naturales que poseen fuertes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Este color vibrante no es solo decorativo; de hecho, indica la presencia de nutrientes que ayudan a reducir el estrés oxidativo en el organismo. Rica en nitratos naturales, la remolacha es reconocida por su capacidad para mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial, y, como si fuera poco, estudios recientes han demostrado que puede mejorar la resistencia física, haciendo que sea un ingrediente ideal para deportistas. Además, es una excelente fuente de ácido fólico, fibra y vitaminas del grupo B, lo cual la convierte en un gran aliado para la salud del corazón y el sistema digestivo.
- Granada: la fruta de los dioses La granada ha sido venerada desde la antigüedad y es una de las frutas más antiguas que se conocen. En la mitología griega, la granada era el símbolo de Perséfone, la diosa del renacimiento y la primavera. Rica en antioxidantes, sobre todo en polifenoles como la punicalagina, la granada ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y tiene efectos antiinflamatorios y anticancerígenos. Los estudios han mostrado que su consumo regular mejora la salud arterial, además de fortalecer el sistema inmunológico. Los granos de esta fruta, con su sabor fresco y ligeramente ácido, aportan no solo un toque decorativo a la ensalada, sino también una explosión de nutrientes que mejoran la salud y le dan al plato un carácter único.
- Rúcula: la hoja picante con historia antigua La rúcula es una hoja verde conocida por su sabor ligeramente amargo y picante. Sus orígenes se remontan a la antigua Roma, donde era valorada no solo por su sabor, sino también por sus propiedades afrodisíacas. Esta hoja es rica en vitamina K, fundamental para la salud ósea y para una correcta coagulación de la sangre, además de aportar ácido fólico y vitamina C. Su consumo regular fortalece el sistema inmune y es beneficioso para la piel y el cabello. La rúcula también contiene glucosinolatos, compuestos con potencial anticancerígeno, lo que la convierte en un ingrediente esencial para una dieta saludable. Gracias a su bajo contenido en calorías y su alto contenido en fibra, es una elección ideal para quienes buscan cuidar su peso sin sacrificar el sabor.
La remolacha tiene una historia muy particular. Aunque en la actualidad la conocemos principalmente como una raíz comestible, en sus primeras variedades, cultivadas en el Mediterráneo y Oriente Medio, se utilizaban sobre todo las hojas. Fueron los romanos quienes comenzaron a explorar el consumo de la raíz, y con el tiempo su cultivo y selección dieron lugar a la remolacha que conocemos hoy en día. En la Edad Media, se la consideraba un alimento especialmente valioso en tiempos de guerra y hambrunas, ya que era fácil de almacenar y crecía en suelos pobres y climas adversos.
Algo también fascinante sobre la remolacha es su relación con la industria del azúcar. En el siglo XVIII, el químico alemán Andreas Sigismund Marggraf descubrió que la remolacha contenía sacarosa, el mismo tipo de azúcar que se encuentra en la caña de azúcar. A raíz de esta observación, comenzó el cultivo masivo de la remolacha azucarera, que se convirtió en una fuente fundamental de azúcar en Europa, sobre todo durante el bloqueo continental en las guerras napoleónicas, cuando las importaciones de azúcar de caña quedaron restringidas.
Receta de ensalada de remolacha y granada con rúcula
Esta receta es una muestra ideal de cómo ingredientes simples pueden combinarse para crear una ensalada vibrante y llena de sabor. Su preparación es rápida y sencilla, y no requiere ingredientes difíciles de encontrar. La mezcla de sabores y colores la hace ideal para una ocasión especial, o para darle un toque de sofisticación a cualquier comida diaria.
Ingredientes
- 3 remolachas medianas, cocidas y cortadas en cubos
- 1 granada, desgranada (solo las semillas)
- 80 gramos de rúcula fresca
- 50 gramos de queso feta o queso de cabra desmenuzado (opcional)
- 30 gramos de nueces, ligeramente tostadas y troceadas
- Sal y pimienta al gusto
Para el aliño
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de vinagre de manzana o balsámico
- 1 cucharadita de miel o sirope de arce (opcional, para un toque de dulzor)
- Una pizca de sal y pimienta negra
Preparación
- Preparar la remolacha: Si utilizas remolacha fresca, lávala bien y cuécela en agua con sal durante unos 30-40 minutos, o hasta que esté tierna. Una vez cocida, escúrrela, pélala y córtala en cubos medianos. También puedes utilizar remolacha precocida si deseas reducir el tiempo de preparación.
- Desgranar la granada: Corta la granada por la mitad y desgránala suavemente con los dedos. Si quieres evitar que se manche la cocina, puedes realizar este paso sobre un bol grande y un paño para evitar que salpiquen los jugos.
- Tostar las nueces: En una sartén pequeña a fuego medio, tuesta las nueces durante unos 3-4 minutos, removiéndolas para que no se quemen. Esto intensifica su sabor y les da un toque crujiente.
- Preparar el aliño: En un bol pequeño, mezcla el aceite de oliva, el vinagre, la miel o el sirope (si decides usarlo), y añade una pizca de sal y pimienta. Remueve bien hasta que el aliño esté emulsionado.
- Montar la ensalada: En una ensaladera grande, coloca la rúcula y añade los cubos de remolacha, las semillas de granada, el queso desmenuzado (si lo utilizas) y las nueces tostadas. Vierte el aliño sobre la ensalada y mezcla suavemente para que todos los ingredientes se impregnen bien del sabor.
- Presentación: Sirve la ensalada inmediatamente para disfrutar de su frescura. Puedes acompañarla con pan rústico o añadirla como guarnición a un plato principal. Su combinación de colores y texturas la convierte en un verdadero espectáculo visual y, por supuesto, en un plato delicioso.
Esta ensalada de remolacha, granada y rúcula es un plato que aporta no solo sabor, sino también un gran valor nutricional y beneficios para la salud.
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