El tartar de langostinos con lima y cebollino es una preparación fresca y ligera que combina la delicadeza de los mariscos con el toque cítrico de la lima y el aroma suave del cebollino. Este plato, ideal como entrante en cualquier ocasión especial, resalta las características del langostino en su forma más pura, respetando su sabor y textura gracias a una preparación sencilla, pero efectiva. Con un perfil de sabor limpio y refrescante, el tartar de langostinos es una alternativa elegante y sabrosa a los tartares de carne o pescado, y encaja perfectamente en la tendencia de la cocina en crudo que busca realzar la calidad de los ingredientes.
Las propiedades y beneficios de los ingredientes
Los langostinos son el ingrediente principal de esta receta y, además de su sabor suave y ligeramente dulce, aportan un conjunto de nutrientes valiosos. Son una excelente fuente de proteínas de alta calidad y baja en grasa, por lo que resultan ideales para quienes desean cuidar su dieta sin renunciar al sabor. Además, los langostinos contienen ácidos grasos omega-3, beneficiosos para la salud cardiovascular, que ayudan a reducir los niveles de colesterol y a mejorar la circulación. También son ricos en vitaminas del grupo B, especialmente B12, y en minerales como el selenio, el zinc y el yodo, que juegan un papel esencial en la regulación del metabolismo y en el fortalecimiento del sistema inmunológico.
La lima, que aporta el toque ácido a este tartar, es otro ingrediente clave. Este cítrico es conocido no solo por su capacidad para realzar sabores, sino también por sus propiedades antioxidantes gracias a su contenido de vitamina C. La vitamina C ayuda a reforzar el sistema inmunitario, además de contribuir a la producción de colágeno, necesario para la salud de la piel, las articulaciones y los tejidos. En la gastronomía, la lima es especialmente valorada en platos en crudo, ya que su acidez actúa como un leve agente de «cocción» para los mariscos, como ocurre en preparaciones similares como el ceviche. Esta técnica permite que el tartar tenga una textura ideal y un toque de frescura incomparable.
Por su parte, el cebollino aporta un sabor suave, pero característico, que complementa perfectamente el dulzor de los langostinos. Como parte de la familia de las allium (la misma a la que pertenecen el ajo, la cebolla y el puerro), el cebollino contiene compuestos sulfurados que, aunque en menor concentración, son beneficiosos para la salud cardiovascular y poseen propiedades antiinflamatorias. Además, el cebollino es rico en vitamina A, importante para la visión, y en vitamina K, esencial para la coagulación de la sangre y la salud ósea.
Origen y curiosidades sobre el tartar de langostinos
La cultura del tartar se ha expandido enormemente en las últimas décadas, y aunque inicialmente era un plato asociado a la carne, el concepto ha evolucionado y se ha adaptado a pescados, mariscos e incluso vegetales. En el caso del tartar de langostinos, la inspiración viene en gran parte de la gastronomía de la cuenca mediterránea y de las influencias del sudeste asiático, donde los sabores frescos, ácidos y ligeramente picantes son fundamentales. El tartar de langostinos tiene una estructura similar al ceviche peruano, pero con un enfoque más europeo en la elección de los condimentos y la técnica de corte.
El langostino, por su parte, tiene una historia curiosa en la gastronomía. Aunque actualmente es considerado un manjar, hasta el siglo XIX era un marisco menospreciado en algunas culturas europeas, especialmente en la cocina británica, donde se asociaba a las clases más humildes. Con el tiempo, los langostinos comenzaron a ganar popularidad en la cocina mediterránea y asiática, hasta convertirse en un símbolo de lujo en platos como el tartar, el cocktail de gambas o los salteados de mariscos. Hoy en día, los langostinos están presentes en la cocina internacional y su versatilidad permite incluirlos en numerosas preparaciones, desde platos en crudo hasta recetas más elaboradas.
En cuanto al cebollino, es interesante mencionar que esta hierba aromática se cultiva desde hace siglos en Europa y Asia. Aunque durante mucho tiempo fue utilizada exclusivamente con fines medicinales por sus propiedades digestivas y su capacidad para estimular el apetito, el cebollino fue incorporado en la cocina europea gracias a su aroma y sabor sutiles. En la gastronomía francesa, especialmente, el cebollino es considerado uno de los «fines herbes» junto con el perejil, el estragón y el perifollo, y se emplea habitualmente para aderezar platos delicados en los que se busca preservar el sabor de los ingredientes principales.
Receta de tartar de langostinos con lima y cebollino
Ingredientes:
- 200 g de langostinos frescos (pelados y desvenados)
- Ralladura y jugo de 1 lima
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de cebollino fresco picado
- 1/4 de cebolla morada finamente picada
- Sal y pimienta al gusto
- Semillas de sésamo (opcional, para decorar)
- Brotes de rúcula o canónigos (opcional, para acompañar)
Instrucciones:
- Preparar los langostinos: Si los langostinos son frescos, asegúrate de pelarlos y desvenarlos completamente. Luego, córtalos en cubos pequeños, de aproximadamente 1 cm. Coloca los langostinos picados en un bol grande.
- Preparar el aderezo: En un recipiente pequeño, mezcla la ralladura de lima, el jugo de lima y el aceite de oliva virgen extra. Añade sal y pimienta al gusto y remueve bien para que se integren los sabores.
- Aliñar los langostinos: Vierte el aderezo sobre los langostinos picados y mezcla bien para que los trozos de langostino se impregnen con la lima y el aceite de oliva. Deja reposar durante unos minutos para que los sabores se mezclen ligeramente y los langostinos tomen el sabor del aderezo.
- Incorporar la cebolla y el cebollino: Añade la cebolla morada y el cebollino picado a los langostinos. Remueve nuevamente para que todos los ingredientes se mezclen de manera uniforme.
- Montaje del tartar: Si deseas una presentación más sofisticada, puedes usar un aro de emplatar para colocar el tartar en el centro del plato, presionando suavemente para que mantenga la forma. Retira el aro con cuidado para que el tartar quede compacto.
- Decorar y servir: Puedes espolvorear un poco de sésamo por encima y acompañar el tartar con unos brotes de rúcula o canónigos para darle un toque fresco y visualmente atractivo. Sirve inmediatamente para disfrutar de su frescura.
Este tartar de langostinos con lima y cebollino es un plato que no solo deleita el paladar, sino que también aporta una experiencia sensorial completa gracias a su frescura, aroma y colorido.
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