Siempre hay que estar recordando a toda aquella gente que decía que Venezuela no es Cuba, que se decía que en Venezuela jamás se verían las escenas de pobreza que se veían en Cuba porque una democracia como la venezolana jamás permitiría que ningún político se convirtiera en un dictador que llevase al país a la pobreza extrema a la que ha llevado a Cuba la dictadura comunista.
Hay que tener siempre cuidado con los que siguen diciendo hoy que España no es Venezuela, que como estamos en la Unión Europea no nos van a permitir llegar a los niveles de degradación democrática a la que el chavismo ha llevado a la República hispanoamericana. Sin embargo todos los días vemos cómo, una detrás de otra, todas las instituciones que deberían garantizar el mantenimiento de la democracia van cayendo en manos de Pedro Sánchez y sus secuaces.
Primero fue la televisión pública, después el Centro de Investigaciones Sociológicas, después el Instituto Nacional de Estadística, después el Tribunal Constitucional… y así seguirán cayendo todas hasta que vivamos en un sistema de partido único cómo el que tienen todas las dictaduras comunistas.
Será poco a poco y seguiremos discutiendo si son galgos o podencos pero el PSOE avanza implacable hacia la implantación de un estado socialista y ya sabemos que allí donde se implanta el socialismo solo hay miseria y muerte.
Y mientras este impresentable sigue arruinando la democracia, a la vez sigue arruinando a los españoles.
Mientras estamos discutiendo si son galgos o podencos y si debe haber amnistía o referéndum, los españoles somos cada vez más pobres y pero eso a Pedro Sánchez y su cuadrilla les da exactamente igual mientras ellos sigan tan a gusto en su sillón.
Si se escuchan las primeras entrevistas a Chávez en televisión parece hasta buena persona. Prometía que iba a respetar la voluntad popular y que él llegaba para luchar contra la pobreza y la corrupción. No dudó ni un segundo en garantizar que en cuanto el pueblo quisiera que él se fuera, dejaría el poder inmediatamente.
La realidad demuestra que todos estos dictadores empiezan con muy buenas palabritas pero su ambición de poder hace que vayan cercenando las posibilidades de la oposición, de cualquier tipo de oposición, para llegar al poder y para eso no dudan en controlar todas las instituciones del estado.
Pedro Sánchez lo sabe y por eso va poquito a poco colocando a los afines en todo tipo de cargos para que después convaliden los desmanes que va cometiendo y así cerrar el paso a quines no se someten a su voluntad, lo que viene siendo un dictador de toda la vida.
Yo también tengo la sensación de que estamos presenciando un accidente a cámara lenta: España está descarrilando y todo el mundo sabe cómo va a terminar pero parece que nadie pudiera hacer nada por evitarlo.
¿No hay nadie capaz de parar esto?
La gente se ríe porque ve que los dictadores, cuando han llegado a dictadores, tienen unas formas y unos modales que no casan en nada con el guapísimo Pedro Sánchez.
Lo que pasa es que no se acuerdan de que todos esos dictadores antes de serlo fueron brillantes políticos que se ganaron el apoyo de la gente a base de medidas populistas y no hay nada más populista que regalar pagas de 200 euros para videojuegos o 400 para tocarse las pelotas y así se consiguen muchos votos a cambio de regalar dinero de otros.
Luego pasa lo que pasa y todo el mundo se pregunta ¿cómo es posible que lo dejáramos seguir adelante y no nos diésemos cuenta? Bueno pues si hay quien se da cuenta pero es que aquel Chávez tan suavón, que prometía luchar contra la corrupción y contra la pobreza, acabó convirtiéndose en el Chávez que arruinó Venezuela. Putin fue un político que destacó por su seriedad y por la firmeza de sus apuestas y que supo ganarse al pueblo ruso a base de un mensaje basado en la austeridad y en el sacrificio; después ves la desgracia que está provocando en Rusia y en Ucrania y cuesta trabajo creer que en su momento pareció el salvador de Rusia.
Todos los dictadorzuelos empiezan así, con medidas y discursos que se ganan al pueblo pero que una vez consiguen el poder, se vuelven contra el pueblo.
A Pedro Sánchez hay que pararle los pies o el futuro de España pinta más que oscuro.
Eso pienso yo exactamente.
Gracias por tu comentario.