Organizaciones terroristas como Hamás o Hezbolah no podrían mantener estructuras con cientos o miles de militantes y disponer en sus arsenales de miles de cohetes, como los que lanzaron esta semana contra Israel, si no fuera por la financiación que reciben desde Irán punto
El régimen de los ayatolás es el responsable de que estas organizaciones, junto a otras muchas bandas terroristas repartidas por todo el mundo, hagan la yihad, es decir, la matanza de inocentes que no profesan la religión musulmana.
Los tentáculos de la revolución iraní también llegan a España, donde financiaban la televisión que impulsó a Pablo Iglesias y a su partido Podemos, lo que el nefasto político español llamaba cabalgar contradicciones. Por eso no extraña que ahora ninguno de los líderes de Podemos haya salido a condenar el ataque terrorista sufrido por Israel sino que han lanzado proclamas en las redes sociales posicionándose del lado palestino.
Irán se ha convertido en uno de los polos del mal en el planeta. Todo terrorista, dictador, traficante de armas, contrabandista o ciberdelincuente que se precie, tiene que tener allí una sucursal porque no hay palo de la delincuencia y de la ilegalidad internacional que no toquen.
Sus ayatolás serán unos firmes defensores de la moral cuando se trata de hacer que las mujeres vayan tapadas hasta arriba o de prohibir el baile o de cerrar los cines para que no se vean películas americanas, pero no tienen ningún reparo en ordenar la ejecución de cientos o miles de personas directamente o a través de sucursales como las que tienen entre los palestinos.
Se ve que eso de que sean los religiosos los que ocupan el poder impide que los actos políticos, por muy denigrantes que sean, puedan ser pecado. Lo mismo que en España los políticos se indultan y amnistían los delitos entre ellos para asegurarse el poder, se ve que en Irán los sacerdotes se perdonan los pecados los unos a los otros para seguir cometiendo tropelías dentro del país y alrededor de todo el mundo.
Ya podrían los ayatolás dedicarse a cuidar a su pueblo. Si en vez de tanta guerra santa y tanta pamplina estuviesen dedicados a hacer que las cosas funcionaran bien en Irán, les iría mejor a ellos y sería mejor para todos.
Sólo los más ciegos no ven que es la financiación de Irán lo que sostiene el terrorismo palestino.
Ahora mismo Irán necesitaba crear tensión y poner a todo el mundo musulmán en contra de Israel porque Arabia Saudí estaba a punto de firmar un acuerdo de paz con Israel y reconocer su derecho a existir como estado independiente.
Es Irán quien mueve los hilos y son sus ayatolás los que llaman a sus hermanos musulmanes a la guerra santa.
Son mala gente.
A mí se me pone el estómago revuelto cada vez que pienso que ha habido una persona qué ha dicho adelante cuando le han presentado un plan para matar a 1000 personas, incluyendo gente que estaba bailando en un concierto o niños que estaban en una guardería.
Hay que ser inhumano para hacer esos planes y ejecutarlos; son lo peor de la raza humana.
Son escoria.