Hoy parece lo más normal del mundo que cualquiera pueda hablar sobre crímenes de guerra y sobre legalidad internacional sin tener la más mínima idea de tratados o de relaciones internacionales.
La invasión del Ejército israelí de la franja de Gaza, tratándose de un tema de actualidad internacional, es un campo abonado para que se pronuncien personas que tiene un absoluto desconocimiento de la legalidad internacional.
Tiene su gracia, además, que el minucioso análisis al que es sometido cada paso sobre el terreno del Ejército israelí no se haya ejercido en su momento sobre la brutalidad y la violencia descontrolada ejercida por los terroristas de Hamás sobre civiles desarmados en territorio israelí.
La misma gente, los buenistas que se escandalizan de que existan leyes de la guerra que amparen los actos bélicos que puedan causar bajas civiles (aunque suponga una condena para el que ha provocado esa situación) son los mismos que estarían encantados de que se las aplicase la eximente de defensa propia si un asesino intentase matarlos pero ellos se adelantaron al criminal y le causaran la muerte.
En ese caso matar legalmente les parecería lógico y justificado pero como en el caso de los atentados de Hamás ya han decidido que Israel es muy malo, da igual lo que se les explique porque sus gurús ideológicos ya han condenado a Israel de antemano y ellos no tienen libertad mental para elaborar sus propias ideas.
Lo de la eximente de defensa propia es genial para explicar esto.
¡Gracias por la aportación!
A todos los izquierdistas estos que se han entregado en brazos de la propaganda pro Palestina, se les olvida que Israel es un estado democrático en el que su gobernantes vuelven a salir reelegidos si los electores piensan que se han preocupado por ellos, por su bienestar, por las carreteras, los hospitales, los comedores escolares y todas esas cosas.
Para los gobernantes israelíes y para el pueblo de Israel, el asunto palestino es un auténtico grano en el culo y estarían dispuestos a hacer lo que hiciera falta para zanjarlo de una vez.
El verdadero problema es que llevan 70 años ofreciendo negociaciones de paz e intentándolo de una forma u otra y solo reciben guerras desde el lado musulmán y ahora ataques terroristas de parte de Hamás, Hezbolah y todas las organizaciones yihadistas financiadas por Irán.
La inmensa mayoría de la gente no sabe que los países musulmanes lanzaron cuatro guerras para aniquilar a Israel y las cuatro las acabaron perdiendo.
Sólo cuando vieron que por la vía militar no podían acabar con el Estado hebreo, optaron por la vía del terrorismo.
Y les quedan otros 70 o 700 años de terrorismo porque así no van a conseguir nada.
Da igual lo que diga el Convenio de Ginebra o el Tribunal Penal Internacional, los progres ya han decidido que Israel es muy malo y que los palestinos son unos angelitos.
Contra eso no hay nada que hacer; tú inténtalo si quieres pero ellos ya tienen sus canales de Youtube, sus televisiones subvencionadas y al grupo Prisa en quiebra mantenido con dinero del gobierno (que es el dinero de todos los españoles, no el suyo) para darles la razón y sentirse superiores.
Ya… pero no nos vamos a quedar callados y aceptarlo resignadamente ¿no?
Vamos a luchar hasta el final.
¡Somos españoles!
Es que después de ver lo que han sido capaces de hacer los terroristas de Hamás en Israel, matando a gente indefensa, incluidos niños, no sé como alguien se le ocurre pensar que esa gentuza iba a respetar de alguna manera a las leyes de la guerra.
Por supuesto que harán todo lo que sea posible para esconderse como ratas y utilizarán a mujeres y niños como escudos para refugiarse en escuelas, hospitales y mezquitas.
Son una basura humana y lo van a demostrar.
Lo de las leyes de la guerra, por supuesto no se le aplica a fuerzas irregulares como Hamás, porque no se espera de ellos una mínima decencia o un mínimo sentido del honor.
Las leyes de la guerra están hechas para ejércitos regulares organizados por estados y en los cuales siempre hay unos responsables y al final hay unos jefes políticos qué tienen que responder de sus decisiones.