La limosna pública, el subsidio que da la Administración para los pobres de solemnidad, que técnicamente se conoce como Ingreso Mïnimo Vital, ya llega amás de dos millones de personaes y las medidas que anuncian Pedro Sánchez y la Yoli en su acuerdo para la investidura del líder socialista garantizan que ese número va a seguir creciendo.
Los tres millones pequeños empresarios (que son el 95% de las empresas españolas) que ven cómo cada mes de un trabajador, que ahora será un poco menos «trabajador» al verse reducida su jornada laboral, le cuesta un mínimo de 1.924 euros, se lo tendrán que pensar mucho antes de contratar y una parte de ellos simplemente no se lo podrán permitir y sus empresas no podrán crecer.
Cada vez más pobres viviendo de la limosna pública, menos empresas y más pequeñas, menos riqueza, menos progreso… con el tiempo seremos un paraíso comunista.
Está más claro que el agua que vamos camino de ser un país comunista y lo mejor que no podría pasar es que, como ya pasó con Zapatero, el país llegue al borde de la quiebra y tengan que venir de Europa para decirnos que o cambiamos el rumbo o nos cortan el grifo.
Que no se nos olvide, que a Zapatero lo echó la Unión Europea porque dejó al estado sin un duro en las arcas públicas y Pedro Sánchez, la Yoli y la Chiqui serán lo que sean, pero buenos administradores seguro que no.
Sería todavía mejor cambiar de rumbo antes de llegar a una situación de ruina como la que provocó el inútil de Zapatero pero no creo que vaya a pasar.