El papelón que está haciendo el ministro de asuntos exteriores de España en la Unión Europea para conseguir que el catalán sea lengua oficial hace sentir vergüenza ajena.
Cada vez son más los países que abiertamente le dicen al correveidile español que hay cosas importantes que hacer y que no están los tiempos parada estas tonterías.
Además no sé a qué viene tanta preocupación si en cuanto Pedro Sánchez tenga los votos de la investidura va a cambiar de opinión y todo lo hablado y prometido se perderá como una lágrima en el mar hasta la siguiente votación.
Catalán en la Unión Europea
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En la Unión Europea ya empiezan a darnos por caso perdido. Hubo un momento en el que se pensó que habría cierta alternancia y que aunque de vez en cuando nos gobernasen estos imbéciles que tenemos ahora, cada cierto tiempo llegaría un gobierno un poco más sensato y pondría otra vez al país en el buen camino.
Visto lo visto, que a la gente le da exactamente igual que les meen en la cara con tal de que le suban las pensiones los sueldos y las pagas, en la Unión Europea son perfectamente conscientes de que España ha elegido irse a la m***** y nos van a dejar vía libre para estrellarnos.
Las empresas italianas francesas portuguesas o inglesas, están encantados de ver como nos estrellamos.
En particular los productores de tomate holandés hacen fiestas al ver como aquí se persigue a los agricultores y se les acusa de ser unos asesinos del medio ambiente mientras los tomates holandeses siguen ganando cuota de mercado en la Unión Europea.
Y no me meto ya en el tema de los tomates y las sandías marroquíes, que como empiece a hablar de eso me escribo aquí seis páginas y no acabo.
No puedo estar más de acuerdo contigo.