En los sistemas comunistas donde el estado asume el control de los medios de producción es el gobierno quien decide cómo deben viajar los ciudadanos y si deben tomar el tren o el avión para viajar de un punto al otro del país. Se llama planificación central y ha dado lugar a las mayores hambrunas y genocidios de la historia.
Por mucho que quieren hacerse pasar por una izquierda a moderna a base de capas de maquillaje feminista ecologista y chupiguay, Sumar no es más que la enésima iteración del Partido Comunista de España, que antes se disfrazó de Izquierda Unida y ahora es el partido de la Yoli. Es la misma izquierda sociológica que recibe entre el 5 y el 15% de los votos en todas las elecciones según tengan un cartel más o menos resultón.
La prohibición de los vuelos interiores es un ejemplo perfecto de planificación comunista.
¿Y la gente, la población no es consciente de esta deriva totalitarista del Gobierno de España?
Por supuesto, pero a la mayoría de ellos no les importa el futuro porque el mes que viene le van a subir la paga sin haber trabajado más o, directamente, sin haber trabajado y contra eso no hay argumento que valga.
Son tontos y no tienen remedio, si es que no hay que darle más vueltas.
Lo incomprensible es que haya gente que le sigue votando y yo estoy convencido de que toda la gente que les vota es porque tiene una paga del gobierno y por eso no les importa que la Yoli y compañía les meen en la cara.
Así es.
El socialismo moderno se ha convertido en un sistema clientelar en el que los votantes eligen a quienes más y mejores pagas reparten.
El problema es que han conseguido infectar con el virus socialista a la propia democracia y eso ya es un tema muy serio.